jueves, 3 de diciembre de 2015

HOMOFOBIA, MACHISMO Y CORRUPCIÓN

El homófobo, retrógrado, machista y desagradable cardenal Nicolás de Jesús, de la República Dominicana, ha tenido la ocurrencia de “recomendar” al embajador de los Estados Unidos James Brewster, que “se dedique a labores caseras, ya que está casado con un hombre”. El embajador, abiertamente gay y efectivamente casado, había tenido el atrevimiento de criticar la generalizada corrupción de los altos cargos en este país del Caribe, corrupción que recae con frecuencia en los inversores y hombres de negocios norteamericanos que allí invierten, obligados a pagar sobornos, expropiados sin razón de ley y otras indignidades.
Este señor ya se había hecho notar antes por sus ataques al embajador, objeto particular de sus odios, ya que ataca sus creencias dogmáticas sobre género y sexo y, aún más, sus prejuicios machistas sobre roles de género, lo que demuestra una vez más que moral religiosa y ética son dos cosas distintas y frecuentemente opuestas. Para este espécimen de macho rancio la corrupción que cuesta millones, que impide el progreso y que castiga a los más débiles no es nada importante, especialmente si la denuncia un “maricón”, calificativo lanzado por él mismo contra el embajado con anterioridad. Ya se sabe que los maricones no tienen derecho a nada, y mucho menos a criticar a machos de verdad (o de mentira) que tienen poder, mandan y se aprovechan, pero que son (o fingen ser) heterosexuales y se inclinan ante el cardenal. A fin de cuentas, si uno se arrepiente y no discute los dogmas siempre puede ser perdonado… pero si se es “maricón” y además orgulloso de ello…¡al infierno con él! Em pezando por el insulto.
Este sujeto ni siquiera entiende que las mujeres pueden ser profesionales de todas clases y que no están obligadas a limitarse a labores caseras o a ser simple excrecencia de sus maridos, para él las mujeres son evidentemente seres inferiores condenados a trabajos secundarios y el embajador como “maricón” es, en su perturbada percepción, igual a una de esas mujeres que él ve con indisimulado desprecio.
El Cardenal Nicolás de Jesús es un mal cardenal, un mal cristiano y un individuo sectario, peligroso, maleducado y obsceno. Cualquier clase de contemporización con semejante comportamiento está fuera de lugar, pero hay que ir más lejos: una igesia que permite semejantes afirmaciones no es digna de respeto y no puede sorprenderse de que se la ataque como organización que fomenta el odio, la persecución y la discriminación. No basta con pretextar que se ama, también hay que demostrarlo; muchos maltratadores dicen querer a las víctimas que torturan, pero quien los cree acaba por morir a sus manos.

sábado, 21 de noviembre de 2015

40 AÑOS DESPUÉS

La historia no se revive, aunque se olvide o se ignore; esto no deja de ser una bella frase para consumo de historiadores aficionados, pero tiene un ribete de verdad: pueden cometerse errores similares en circunstancias parecidas. Nada es igual, pero todo se parece porque la humanidad es siempre la misma con sus virtudes y defectos.
En 1975 yo tenía 31 años, había regresado hacía poco del Extremo Oriente y llegué justo para asistir a la larga agonía, tan interminable como su dictadura, del siniestro personajillo que encarnó durante tanto tiempo lo más negativo de los estereotipos autoflagelantes con que los españoles se denigran a sí mismos. Tanto duró su reinado que muchos creyeron y algunos todavía creen que los clichés eran las fotos reales y siguen cambiando los positivos a negativos en cuanto surge la menor crisis, pero la memoria tiene la función de recordar el pasado, no de teñir el presente de pesar o melancolía, como si la historia fuera insuperable o hubiera que vivir eternamente en ella.
El olvido forzado no funciona, y uno de los numerosos errores de la derecha tradicional española ha sido el de intentar enterrar, junto a los fusilados en las cunetas, su esencial colaboracionismo en el encumbramiento, duración y crímenes del dictador. De este modo ha conseguido que perdure una cierta división guerracivilista en la población, deslegitimar símbolos nacionales y hasta hacer sospechoso un patriotismo normal, dificultado por la mezquindad que ha prodigado y que sería muy útil ahora y en el futuro para contrarrestar los etnicismos esencialistas y retrógrados de los caudillos frustrados de la periferia. Reconocer que el padre o el abuelo se portaron mal o muy mal puede ser doloroso para algunos, pero cuesta poco y hubiera dado buenos réditos.
Igualmente, desde la atalaya de mis 71 años soy muy consciente de que los traumas del pasado no justifican victimismos permanentes ni explican pasividades inaceptable. Individuos y sociedades pasan por épocas buenas y malas en el constante devenir, pero no todo puede explicarse o debe excusarse por la historia, porque ésta no tiene más objetivo o dirección que los que nosotros le demos en un mundo complejo y cambiante. Con la edad crece el escepticismo sobre fórmulas mágicas, taumaturgos y supuestos paraísos, pero también permite ver que aplicando remedios se consiguen resultados, igual que ayuda a identificar el resentimiento y la mala fe que hay tras muchas críticas “objetivas”.
Poetas, literatos y artistas en general cultivan con frecuencia la depresión individual o colectiva porque crea bellas imágenes, figuras del lenguaje y ayuda a criticar efectivamente injusticias o fealdades, pero el arte es un reflejo de la vida, no la vida misma, y caer en una contemplación morbosa de nuestras propias obsesiones tomando metáforas como realidades sólo nos aísla del mundo que nos rodea y nos deja inermes ante peligros ni vistos ni imaginados.
No nos olvidemos del pasado, pero miremos siempre hacia adelante porque ni España ni el mundo se parecen a lo que eran en 1975 y aún menos a lo que fueron en 1936. No nos dejemos embaucar por revisionistas históricos o económicos de varios pelajes que cortan patrones a medida y nos quieren hacer mirar por anteojos con filtros hacia el pasado o el futuro, el centro o la periferia. Somos bastante mayores para analizar lo que nos rodea y decidir qué hacer. Los muertos están en pinturas, fotos y tumbas, no son ni siquiera los fantasmas en los que creen los simples.

jueves, 5 de noviembre de 2015

LA "LEY NATURAL" NO ES NATURAL

¿Es natural la castidad? Es decir, la completa abstención de todo sexo. Algunas personas educadas en la represión de los instintos podrían decir que sí, pero estarían diciendo algo que no saben, porque hay personas asexuales que pueden prescindir de toda manifestación sexual, pero son tan minoritarias que hasta se duda de su existencia, mientras que la mayoría de la población tiene más bien dificultades para controlar sus impulsos sexuales.
Cuando se habla de castidad en el sentido religioso de la palabra, de lo que se habla realmente es de hipocresía; castidad significa no estar casado, amancebado o tener relaciones sexuales que se vean, pero nadie sabe si el sujeto se masturba, se obsesiona, se calienta o imagina todo lo que está prohibido.
Las sectas cristianas han deificado una “ley natural” teórica, aristotélica y tomista que no es más que una abstracción racionalizadora de una visión del mundo precientífica, idealizada y, finalmente, profundamente inhumana, porque juzga a priori que todo deseo es malo, que hay inclinaciones imperfectas y que la moral consiste en reprimirse, en negarse y en culpabilizarse.
La “ley natural” no es más que un constructo escasamente racional por precientífico, uno de los elementos que sostienen el dogma vaticanista o evangélico, pero que no tiene nada que ver con la ciencia y la investigación biológica modernas. La “ley natural” no es natural, no tiene nada que ver con los instintos y pulsiones de los humanos.
¿Por qué es mejor ser casto? Eso significaría que amar a otra persona, con las correspondientes relaciones físicas es malo, pero ¿por qué es malo? ¿por qué no se puede amar a alguien del propio sexo, por ejemplo? Las razones en contra ni son racionales ni resisten el mínimo análisis científico o ético no dogmático.
Más aún, ¿es posible ser casto? de la forma total que dicen algunas creencias que aborrecen cualquier manifestación física. Me permito dudarlo. A ciertas edades las hormonas son poderosas y a todas las edades la imaginación todo lo puede. Que se vea o no puede engañar a los legos, pero no se puede pedir a la mayoría de hombres y mujeres normalmente constituidos que renieguen de un instinto que, como el comer o el dormir, forma parte integral de la naturaleza humana y que, como tal, ni es vergonzoso, ni inferior, ni negativo, porque es el instrumento principal para relacionarse de forma profunda con otros seres.
Los recientes escándalos sexuales que afectan al Vaticano demuestran una vez más que la demonización del sexo conlleva pesadas cargas en forma de represión, hipocresía y desobediencia, porque ¿qué humano normalmente constituido puede renunciar a todo placer físico, amor, afecto y amistad? Sólo personalidades patológicas pueden renunciar a contactos y cercanías necesarios para todo ser sensible.
La idea de que la castidad es algo superior está unida a la magia y a teorías precientíficas que pretendían separar alma y cuerpo, espíritu y materia, pesado de ligero, limitado e ilimitado…. es decir, a una visión del mundo que se remonta a la edad del bronce.
La irrealidad y la hipocresía de las prohibiciones que aún permanecen son los pretextos ideales para depredadores sexuales que, como el cura Maciel o el cura Andreo, se aprovechan de menores simples y fanatizados para hacer esclavos sexuales de chicos a los que, paradójicamente, se ha prohibido todo sexo.
Mientras estas creencias dogmáticas no reconozcan que el sexo es natural, bueno y multiforme sólo servirán para entontecer, culpabilizar y confundir…. ¿Pero qué se puede esperar de fes irracionales transformadas en estructuras de poder?

lunes, 26 de octubre de 2015

FE CONTRA CIENCIA

La fe cree sin pruebas, la ciencia ensaya, comprueba, experimenta y demuestra. Esta vieja oposición no se refiere en este caso a las religiones dogmáticas tradicionales, que hoy día están más bien desprestigiadas como explicaciones del mundo, sino al curioso, inquietante y antipático fenómeno de la rebelión anticientífica de amplias capas de la población en países no precisamente atrasados y escasamente religiosos que, en vez de informarse seriamente en publicaciones solventes y contrastadas, se apunta a creencias difundidas sin autoridad alguna por gurús mediáticos, sectas, modas y tendencias cuyo único fundamento es la ignorancia, cuando no una especie de rebelión adolescente contra figuras más adultas y responsables.
Podría ser una simple anécdota de las contradicciones del mundo posmoderno, si no causara muertes, atraso y alarmas injustificadas, aparte del gasto de mucha energía en contradecir las tonterías que con regularidad se oponen a esto o aquello y los movimientos que engatusan con supuestos apocalipsis a los más proclives a los esoterismos sin pruebas.
Más veces que menos el origen está también en la mala fe de personas o grupos de interés que atacan enemigos o defienden privilegios, pero el resultado es siempre un oscurecimiento de la objetividad para que en la confusión se niegue o se dude sin pruebas de lo que se quiere desprestigiar.
El fenómeno de los “antivacunas” es uno de los ejemplos más visibles y de resultados más rápidamente negativos. La fatiga de civilización y de bienestar lleva a muchos ingenuos a desear la vuelta a un mundo “natural” que nunca existió, con la creencia en una naturaleza “bondadosa” idealizada en la que todos estarían siempre sanos y felices. Pero la naturaleza es todo menos benévola: trabaja con grandes números y la pérdida de miles de individuos de una especie le es totalmente indiferente. La creencia se refuerza con la adición de mitomanías conspirativas como “los intereses de las empresas farmacéuticas”, “la falta de interés de los poderosos” u otras generalizaciones populares y populistas sin contraste o demostración posibles.
Si se muestra a estos crédulos la realidad aplastante de la eliminación de enfermedades, la mejor salud de las poblaciones vacunadas y el enorme aumento de la esperanza de vida en el mundo “artificial” y contaminado en el que vivimos, siempre aducirán algo en contra, que puede llegar hasta la negación de cualquier medida estadística como "manipulación del poder”, porque todo lo que se opone a su creencia debe provenir de alguna clase de enemigo.
Ni las vacunas producen autismo, ni los teléfonos móviles o las wifis cáncer, demostrado no solo por las innumerables pruebas científicas, sino por la buena salud de los adictos a las conversaciones interminables, pero esto no es óbice para que aún tenga que desmentirse diariamente y para que algunos teman acercarse al microondas o hasta a las bombillas halógenas, productoras de “radiaciones indefinidas”, así como para que se organicen campañas contra líneas de alta tensión por sus “consecuencias para la salud”, aunque los pajaritos se posen en ellas alegremente.
Los más listos me dirán: “¡Ah, pero el límite está en los transgénicos!”, interpretados como auténticas semillas diabólicas producidas por multinacionales sin escrúpulos con oscuros designios. Da igual que se estén consumiendo transgénicos en medio mundo por personas y animales desde hace muchos años sin consecuencias visibles, da igual que gracias a ellos pueda alimentarse mejor mucha más gente, da igual que reduzcan enormemente el uso de insecticidas. Los transgenicos son malos porque “alteran” lo natural, entendiendo por esto las plantas hoy en uso, todas productos de cruces e injertos desde el neolítico que no las hacen ni lejanamente parecidas a sus antepasadas prehistóricas. El cruce entre ignorancia, conspiranoia y un tipo de ecologismo radical y sectario convence a los ya convencidos de que son los “científicos” la secta, una peligrosa asociación de cerebros al servicio del “poder”, del “capital” y de la desinformación de las personas de bien, amantes de la homeopatía, la dieta de los neandertales, los alimentos sin gluten, aunque no se sea celíaco, el crudivorismo y un largo etcétera.
La ciencia nunca se para y acabará por demostrar, una vez más, la falta de fundamento de los prejuicios al uso, pero la fe tampoco y la testarudez impermeable a razones aún menos.

jueves, 1 de octubre de 2015

MÁS DE LO MISMO... PERO IGNÓRALO

En la reciente visita papal a los Estados Unidos Francisco Bergoglio ha hecho alarde de sus dotes diplomáticas al evitar hablar directamente de los temas más polémicos: matrimonio igualitario, aborto, divorcio, etc. Le honra bastante el haber incidido en temas muy del disgusto del establishment norteamericano, como inmigración, racismo, desigualdad económica y cambio climático, pero estos son puntos en los que la jerarquía católica (no siempre la estadounidense) está de acuerdo hace mucho y que no tocan problemas de doctrina o del supuesto monopolio moral que la Iglesia Católica se arroga, especialmente donde es mayoritaria o puede influir suficientemente.
Todo se desmonta, sin embargo, con la entrevista privada que tuvo el Papa de Roma con Kim Davis, protestante fundamentalista, de las que piensan que los católicos no son ni siquiera cristianos, pero rabiosamente opuesta al matrimonio igualitario, lo que la lleva a violar la ley de forma tan militante como ridícula, puesto que dar una licencia de matrimonio no supone falta alguna se mire por donde se mire, pero negarla es un acto ilegal y gratuito, cuyo único objetivo es hace campaña anti-gay.
El hecho de que Francisco haya hablado con ella y la haya alabado su “valentía”, es signo claro de que las formas externas de la jerarquía católica pueden haber mejorado, pero el mensaje de fondo sigue siendo el mismo: una condena sin paliativos de cualquier clase de diversidad, la no aceptación de la evolución social, de la ciencia y de la simple humanidad, en pro del mantenimiento de unos principios morales abstractos, basados en ideas medievales y en la negación de la realidad, especialmente cuando esta choca con la visión de la sociedad y de la familia ideales acuñada para apoyar una moral determinada.
No hay que sorprenderse de que la Iglesia Católica repita lo que siempre ha dicho, pero, si no se es un fanático, tampoco hay que darle demasiada importancia. No es cierto que la moral deba ser la católica, porque hay muchas formas de comportarse éticamente, sin necesidad de recurrir a dogmas y autorizaciones eclesiásticas: los dogmas son base para creyentes, pero la ética puede fundamentarse en la razón y no es obligatorio que sea teísta, es decir, basada en las escrituras supuestamente dictadas por una divinidad o, más dudoso aún, en la interpretación que de estos oscuros textos hacen sus sacerdotes.
Hacer el bien y amar al prójimo, ni son inventos cristianos, ni necesitan de la apoyatura de religión alguna, más bien al contrario, en nombre de bastantes creencias se persigue, se mata, se tortura o simplemente se hostiga a los que no comulgan con ellas. Respetar a los que creen ciertas cosas no significa respetar sus creencias, que pueden y deben ser objeto de crítica desde la razón y por lo que suponen de desprecio de los derechos de los demás.
Francisco es más simpático, pero no va a volver a su iglesia del revés. Sus palabras solo son importantes en tanto en cuanto afecten a la conducta de políticos y sociedades que crean en ellas, por eso es un progreso que sea diplomático y que no propugne tanto el odio, pero no hay que exagerar en cuanto a sus supuestos beneficios.

lunes, 7 de septiembre de 2015

FLUIDEZ

Usar los términos correctos para cada cosa, persona y situación es una obligación de las personas cultas y educadas o de las que tienden a serlo. La corrección política al uso da un paso más y obliga más que sugiere a utilizar palabras, circunloquios y eufemismos que a veces son acertados y otras no. Se puede y se debe aceptar hasta cierto punto, pero su uso no debe ni puede convertirse en dogmático porque ni siquiera está fijado realmente y, sin mala intención ni ánimo de insulto, es tan cambiable y opinable como todo.
Hasta el siglo XIX los que no se conformaban a las simples y opresivas reglas de comportamiento sexual eran “sodomitas”, “brujas”, “herejes” y otras lindezas que suponían condenación moral, pero desde que la ciencia primero y la sociología después sustituyeron a la religión han ido apareciendo las palabras que conforman las siglas LGTBIQ…. y las que vengan; un conjunto cada vez más inmanejable por las divisiones y subdivisiones que implica y la compartimentación en la que parece encerrar a todo ser que no entre en una simplista dicotomía macho-hembra, positivo-negativo.
Casi todos los humanos acaban decantándose, unos antes y otros después por una o varias clases de comportamiento de acuerdo a sus pulsiones e inclinaciones y no siempre es posible clasificar a cada individuo en una taxonomía útil tal vez para especialistas, pero que es farragosa y no siempre clara en la vida y la conversación normales. En una sociedad más evolucionada, según la diversidad se convierta de verdad en la norma, lo lógico sería aceptar que la variedad individual es considerable y que, por tanto, también en los gustos y comportamientos afectivo-sexuales hay muchas personas de difícil clasificación, es decir, que existe una gradación y una fluidez considerables en este aspecto como en todo lo humano y que pretender etiquetar a cada individuo exactamente es más bien imposible.
Es significativo que homosexuales que han sido víctimas de rechazo social hayan tenido y aún tengan dificultades para comprender que hay bisexuales, transexuales, intersexuales, etc. y aún más dificulades para aceptarlos con naturalidad, repitiendo la historia de la desconfianza hacia lo diferente, algo muy humano, pero reforzado por los prejuicios sociales aprendidos desde la infancia y no siempre rechazados.

viernes, 4 de septiembre de 2015

NEGATIVISMO

Ya se sabe que hay dos formas de ver un vaso lleno hasta la mitad: medio vacío o medio lleno y, aunque es el mismo hecho, eso caracteriza a las personas como pesimistas u optimistas. Aplicado a la vida real el cliché no es tan simple porque las situaciones son mucho más complejas y llenas de matices, pero sigue siendo verdad que nuestra felicidad individual y colectiva depende bastante de cómo encaramos los problemas y contradicciones que inevitablemente nos rodean.
Los medios de comunicación en general, especialmente los menos serios, tienden al titular de brocha gorda, lo que quiere decir que resaltan el escándalo y la catástrofe y, por desgracia, lo mismo sucede en las redes sociales actuales, por las que se difunden las obsesiones, las fobias, las frustraciones y las envidias de numerosos individuos. Si en los medios existe un poco de filtro en las redes no existe ninguno, de modo que, si no elegimos muy bien, nos veremos bombardeados con toda clase de rumores malignos, insultos, descalificaciones e informaciones sin contraste alguno, frecuentemente por completo falsas y distorsionadas.
Si caemos en la trampa de tomar medios y redes como oráculos y no aprendemos a tomar distancia y buscar opiniones y datos diversos correremos el riesgo de caer en depresión profunda, porque la conclusión final es que el mundo nunca ha estado peor, nuestra vida se orienta irremediablemente al fracaso y la felicidad es un concepto abstracto sin realidad alguna.
Según épocas y circunstancias personales hay también más o menos pesimismo, a veces con razón, otras no tanto, pero sea cual sea la situación una regla de oro de higiene mental es no dejarse dominar nunca por sentimientos negativos sobre cosas y personas. Empezar pensando mal, partir de la base de que no existe solución alguna para lo que sea, recrearse en el propio sufrimiento, desconfiar por sistema de todo y todos e imaginarse impotente bajo poderes aplastantes son actitudes nefastas que garantizan justo lo que se proponen: enemistad, fracaso, frustración e infelicidad.
Lo colectivo no se diferencia tanto de lo individual; tan tonto es creer que se vive en el mejor de los mundos posibles, como pensar que nos ha tocado la peor época o el peor país, actitudes que se generalizan especialmente en tiempos de crisis y que se refuerzan con la repetición constante, los titulares negativos y las estadísticas fuera de contexto.
El negativismo es destructivo porque paraliza y da coartadas a los que no quieren o temen buscar soluciones; libera de responsabilidades y cultiva el asentimiento fácil, pero impide ver la realidad, que suele ser más matizada, menos catastrófica y sujeta a cambios posibles con mucho o poco esfuerzo.
Es bueno huir de los individuos negativos porque acabarán afectándonos tarde o temprano con su constante pesimismo, pero también debemos intentar generalizar actitudes sociales positivas que tiendan a identificar problemas correctamente y a resolverlos. Los cielos y los infiernos están más en la actitud que tomamos ante la realidad que en la realidad misma.

jueves, 3 de septiembre de 2015

FASCISMOS CON CARETA

En estos días dramáticos en los que se ahogan y son maltratados miles de refugiados, en los que Europa se juega su futuro y se replantea su estructura y su razón de ser, cuando es evidente que el cambio climático está aquí para quedarse y que mares y océanos suben de nivel y amenazan las costas, con una China cada vez más poderosa, más en crisis y por tanto más agresiva, con la democracia en cuestión en todas partes y cambios tecnológicos y económicos difíciles de entender y de asimilar, resulta que la gran solución para todos los problemas, al menos para los catalanes, es…. ¡la independencia! o, con otras palabras, más nacionalismo y más de lo mismo. Resultaría ridículo si no añadiera un problema gratuito a una situación europea y mundial con pocas soluciones evidentes. Aunque lo más evidente es que los nacionalistas de las barras no quieren solución alguna alternativa, será sí o sí con mayoría, con minoría o por la fuerza, sin que pueda atisbarse el mínimo indicio de respeto por normas democráticas que se invocan pero que no se obedecen porque todo debe someterse al principio indiscutible de que Cataluña debe ser independiente.
Mucha gente ingenua aún se cree que fascismo es sólo lo que se confiesa como tal y se reviste de camisas negras, pardas o azules, pero los hay con muchas apariencias y en diferentes grados, aunque lo que caracteriza a todos es la falta de elección real: ponemos urnas, pero sólo puedes votar lo que nosotros digamos. En algunos te juegas la vida o la cárcel, en otros la exclusión social, en todos la libertad real desaparece para ser sustituida por un simulacro o por algo peor.
Hay también numerosos crédulos y bienpensantes que intentan hacer equilibrios, repartir culpas y establecer simetrías, pero estos ejercicios no valen de nada contra el nacionalismo, especialmente si éste es cada vez más étnico, excluyente y atado al dogma como la religión. Muchos de estos bienpensantes culpan al presente gobierno de España de la “situación” y algo de culpa tienen éste y agunos anteriores, pero no por lo que se suele decir sino por todo lo contrario, es decir, por haber contemporizado excesivamente y no haber dado importancia a lo que siempre ha sido un objetivo claro de un nacionalismo con mezcla de complejos de superioridad e inferioridad, enteramente impermeable a casi cualquier razonamiento, bien diferente del exagerado enemigo, que lleva muchos años intentando ser inclusivo y respetuoso hasta con los que  le insultan.
Poner fronteras donde no las hay es hoy completamente irresponsable, especialmente cuando se disfruta de libertad, elevado nivel de vida y reconocimiento de la diferencia. Dice muy poco de un supuesto europeismo del que tanto se ha presumido en el pasado para despreciar al vecino, pero dice mucho de los futuros proyectos de un pueblo, una lengua y un proyecto obligatorios, porque con él no hacen falta camisas de colores y los que queden excluidos de él tendrán que callarse o marcharse.
Los dioses castigan a veces concediendo lo que más se desea. Es posible que tras las nuevas fronteras los patriotas se encuentren con que tienen que gastar mucho más recursos en cosas en las que antes ni pensaban, que ciertas industrias prefieran otros pagos menos aislados y que los sueños de convertirse en la Dinamarca de la fábula se transformen en pesadillas de déficits, desempleo, divisiones y un enorme aburrimiento solipsista.
Es hora de que los que creen en el progreso y la evolución superen el atasco ideológico y salgan de la trampa sectaria de pensar que unos nacionalismo son mejores que otros sólo por el hecho de haber estado contra la dictadura en el pasado. Muchos todavía no se dan cuenta de que la mayor debilidad de la verdadera izquierda es seguir instalada en ideas y símbolos antifranquistas, cuando esto ya no tiene utilidad alguna y pone anteojeras para reconocer las nuevas tiranías que se pergeñan o que ya están aquí con caretas diversas.

martes, 18 de agosto de 2015

IMPACIENCIAS

Un error que se comete fácil y frecuentemente en todas las sociedades es el de legislar “en caliente”, es decir, con precipitación ante señales de alarma social. Da igual que se trate de democracias o dictaduras, porque en las primeras los dirigentes del momento temen perder elecciones, mientras que en las segundas cuesta poco establecer medidas populares y populistas.
Pero las leyes son sólo una parte del cambio social y no producen efectos inmediatos, aunque sí pueden producir rápidamente efectos secundarios que no se ven en el momento de establecerlas. Las dura legislación anti-droga en los Estados Unidos, por ejemplo, ha llenado las prisiones hasta un punto imposible, con gente que en su mayor parte no sería considerada delincuente en otros lugares, pero no ha impedido que se sigan consumiendo estupefacientes y euforizantes sin tasa.
Es también muy irreal pretender que una legislación positiva, como la que existe sobre la violencia doméstica y de género, suprima radicalmente estas lacras. Ni el más optimista puede imaginar una prevención y una vigilancia tales que eviten siempre los brutales actos de los energúmenos que cometen uxoricidios, infanticidios y otros crímenes.
Aunque hemos progresado mucho, la desigualdad de género sigue siendo una realidad, y todas las sociedades, incluso las más avanzadas, están aún impregnadas de un machismo patente o sutil que sólo con mucha educación,  mucha constancia y mucha militancia se puede ir limando hasta que desaparezca…. y no olvidemos que los sentimientos agresivos de algunos machos (a menudo porque se sienten inferiores en otros ámbitos), tienen su correspondencia en los sentimientos de inferioridad de muchas mujeres, educadas desde niñas para someterse.
Está bien indignarse cuando se leen noticias de esta clase, pero no basta con echarse las manos a la cabeza, sino que hay que seguir insistiendo para que la sociedad entera vea estos hechos como reprobables siempre, y expulse de su seno a los que así actúan.
Desgraciadamente esto no sucederá de la noche a la mañana y aunque seamos muy intolerantes con el delito, tenemos que ser muy pacientes en nuestra lenta labor día a día, porque impaciencias y gritos sólo dan sensación de impotencia. Paso a paso, gota a gota, las sociedades cambian… si todos nos empeñamos en ello. 

domingo, 16 de agosto de 2015

EL DONUT EN LA OREJA

John Riccardo, sacerdote norteamericano que predicaba en unas sesiones para “ex-gais”, se ha lucido con el razonamiento más absurdo que he oído hasta ahora para demostrar que las relaciones entre personas del mismo sexo son “antinaturales”
¨¿Os meteríais un donut por la oreja?" dijo a sus sorprendidos oyentes, para concluir: "Pues eso es lo que hacen las personas que tienen relaciones con otra del mismo sexo… porque emplean sus órganos de forma no natural.”
Queriendo demostrar una cosa, el bueno del Sr. Riccardo demuestra exactamente la contraria: meterse un donut por la oreja produce dolor y sordera, es lo contrario de placentero, mientras que si dos personas del mismo sexo disfrutan juntas sus órganos responden maravillosamente.
Es aburrido el empeño de los orates religiosos en reducir el sexo a reproducción y cría, culpabilizando y condenando todo lo que no entre en límites ridículos. El Sr. Riccardo y otros como él, a lo mejor piensan que las relaciones en parejas casadas de distinto sexo se reducen a las puras reproductivas, en postura de misionero y con uso “correcto” de los órganos en cuestión, pero si pudieran saber lo que la mayoría hace no dirían las tonterías que predican.
Es interesante que se haya filtrado la estupidez a través de un grupo de “ex gais”, es decir, de seres acomplejados y asustados que pretenden “curarse” de lo que no es enfermedad o vivir vidas célibes rechazando la tentación. Hasta entre ellos alguno debió pensar que aquello era demasiado tonto y lo sacó a relucir para irrisión general.
¿Cuándo se darán cuenta los dogmáticos de que la naturaleza no se corresponde en absoluto con “la ley natural” de Tomás de Aquino, un gran sabio….. del siglo XIII?

viernes, 14 de agosto de 2015

COMPLEJIDAD Y CEGUERA

Vivimos en un mundo imperfecto y yo no dudo de que haya que mejorar muchas cosas, aunque, siento decepcionar a pesimistas, nostálgicos y románticos porque nunca antes tanta y tan numerosa gente ha vivido tanto y tan bien; lo que se demuestra con datos objetivos, que suelen desmentir las ideas fijas basadas en clichés, memoria selectiva y prejuicios a los que no se quiere renunciar.
Claro que hay puntos del planeta, poblaciones e individuos que viven miserablemente, que mueren antes de tiempo y que sufren lo indecible y que hay que luchar para aliviar o eliminar guerras, odios e injusticias, pero quien piense que esto es fácil, cuestión de un día y que se consigue sin efectos secundarios es más bien infantil, simple o, tal vez, fanático.
Casi todas las religiones han paliado los sufrimientos del presente prometiendo milagros, magias, vidas de ultratumba y otras improbabilidades, pero han sido y son a su vez pretexto para atizar odios, identitarismos y desesperanzas varias. La extensión del escepticismo respecto a ellas es más bien lento y a menudo sólo deja vacíos y anomia donde antes hubo certezas y obediencia ciega.
Si las religiones no resuelven el problema, menos aún lo han hecho ideologías de ánimo totalitario: fascismos, comunismos y nacionalismos extremos, pueden hacer comulgar con ruedas de molino durante un tiempo, pero al final tienen que recurrir a la compulsión, la delación, la expulsión y la supresión, cuando se demuestran incapaces hasta de proporcionar una mínima vida decente, lo que supone también un grado de libertad y no un simple plato gratuito de lentejas.
El resumen puede ser que un mundo grande y paradójicamente cada vez más pequeño, globalizado, técnicamente avanzado y muy complejo no se presta a análisis y soluciones simples sean éstas del color que sean. Poner nuevas fronteras, levantar nuevas banderas o esperar mesías físicos, mentales o ideológicos con soluciones instantáneas o muy rápidas para nuestros problemas sólo nos llevará a la frustración y a perder el tiempo que podíamos haber empleado en resolver la complejidad… o una parte de ella, porque la utopía no es humana, es sólo peligrosa por totalitaria

lunes, 10 de agosto de 2015

LET'S BE STUPID

It’s beyond me how the U.S. GOP has come to be totally dominated by fundamentalist Christians (Christofacists) anti-science nuts, greedy super rich tycoons and ignorant male chauvinist men and women. Can one of these frightening individuals ever be elected to the presidency? The possibility is terrifying for the U.S. and the world as a whole. It won’t probably pass this time, but it could be possible in the future if prejudices, ignorance and decadence continue unabated.
I believe that at least some of the GOP candidates are not as ignorant or stupid as they make themselves appear, and I believe that most of them would not be totally absurd if they came to occupy the Oval Room, but the problem is that they have to fake stupidity, ignorance, bigotry and plenty of bias if they ever want to be taken seriously in the primaries.
How has the U.S. arrived to this point?…. Decadence may be? The answer is not that simple. Ignorant and biased people have been there all the time, as they are everywhere, but deindustrialization, globalization, rising inequality and racial diversity have opened the door to an extremism that preaches simple solutions for complex problems, and as it’s always the case, uses old ideas and patriotic clichés to move emotions instead of reason.
Mr. Trump is not really stupid, at least not as much as Sarah Palin, but he can utter insults, falsities and exaggerations with the security that all those angry white folks (and some non-white too) will believe he has the magical key to go back to a brilliant past that never really existed.

domingo, 9 de agosto de 2015

LIBERTAD, BOICOT Y CRÍTICA

Una de las libertades más preciadas de la democracia es la de expresión. Sin libertad de palabra, obra, creación artística etc., no hay posibilidad de ejercer una libertad real. Pero esto quiere decir que la tienen todos, tanto los de nuestra tendencia como los de la contraria.
Yo creo que esos desagradables obispos que hablan contra derechos y personas deben tener la libertad de expresar sus reaccionarias ideas, y los que las defienden de atacar sus sinrazones. Prohibir una idea, por mala que sea, es peligroso, porque se sabe donde se empieza, pero no donde se termina, de aquí que las exageraciones de la corrección política puedan suponer a veces autenticas camisas de fuerza que reprimen expresiones que no por reaccionarias dejan de ser legítimas.
La creación artística debe ser también libre, incluso cuando se hace una película o se escribe un libro que interpreta hechos históricos. Se puede discutir la obra y su interpretación del pasado, pero lanzar un boicot contra ella sólo porque no nos gusta o porque pensamos que es una interpretación errónea supone en la práctica contraponer un dogmatismo a otro.
Viene esto a cuento de la reciente tormenta desatada por el trailer de la película “Stonewall”, que narra los hechos de la famosa rebelión de 1969 en Nueva York. Parece que ha producido mucho enfado en algunos sectores que no se ponga como exclusivos protagonistas a varios transexuales de piel oscura, y que la figura central parezca ser un chico blanco, personaje más o menos de ficción.
La película no es un relato totalmente histórico porque falta documentación detallada sobre hechos y personas de aquellos días, es absolutamente favorable a la causa LGTB y pretende hacer entender cómo y porqué la comunidad LGTB se concienció y comenzó a actuar políticamente. Seguramente no es exacta, seguramente es una interpretación de su autor…. ¿pero eso quiere decir que hay que boicotearla porque no ensalza suficientemente a varias drag queens de piel oscura?
Estamos nuevamente ante reacciones excesivas y enfados que conducen a muy poco. Es meritorio que un autor haya hecho algo así y, desde luego, podemos discutir lo que ha hecho, pero entre discutir y derribar hay una gran diferencia.

jueves, 6 de agosto de 2015

HUMANIDAD

“Con la Iglesia hemos topado” es la famosa frase de Cervantes por boca de Don Quijote, y se repite cada vez que alguien se encuentra con algún obstáculo levantado por la institución contra lo que le disgusta como tal o lo que enfada a sus jerarcas.
Viene esto a cuento del joven transexual gaditano a quien se impide ser padrino de bautizo de su sobrino por ser, en boca del obispo local, algo así como casi no humano, además de “estar impedido para las leyes del amor”, por definición del obseso obispo de Alcalá.
Todos sabemos que el bautizo es hoy día sobre todo una ocasión festiva tradicional, que ser padrino del mismo apenas tiene obligaciones, y que el joven en cuestión las tiene de todos modos por ser tío carnal del bebé….Es decir, que no importaría mucho, además de pasar desapercibido, que el padrino nació con el sexo biológico equivocado.
¡Pero qué magnífica ocasión para entrar al trapo y recordar a todos que la institución cree absolutamente en la “ideología de género” inventada por ella misma! Biología, ciencia y evolución social son cosas que se pueden ignorar cuando se ha erigido un castillo dogmático basado más en prejuicios medievales y machistas que en escrituras supuestamente divinas, puesto que en éstas no se preveían cosas como la transexualidad.
Una prueba más de que, a pesar del amor que se pretexta, el sufrimiento individual no es importante cuando se trata de defender altos principios, aunque éstos sean crueles y absolutamente inhumanos.

jueves, 23 de julio de 2015

EL COSTE

Equivocarse es de sabios, incidir en el error es de tontos, y el PP lo ha vuelto a hacer al votar en contra del cambio de nombre de la Plaza de Vázquez de Mella para dedicársela, muy merecidamente, a Pedro Zerolo.
No soy de los que se apasiona con la idea de dedicar espacios públicos a personajes famosos por una razón o por otra, pero ya que es una costumbre arraigada me parece que se puede entrar a discutir quién se lo merece, quién no, quién lo desea y cómo se decide y, si entramos en esto ¿quién mejor que Pedro Zerolo para tener un espacio dedicado en Chueca? Un hombre dedicado a la defensa de los derechos LGTB, popular, querido, concejal del ayuntamiento por un tiempo, muerto antes de tiempo habiendo conseguido medidas de progreso que hace sólo veinte años parecían imposibles…. ¿Cómo no darle un espacio en medio del barrio insignia para las personas LGTB? Cuando, además, miles de personas lo habían solicitado expresamente.
El anterior ayuntamiento dedicó una plaza a Margaret Thatcher, gesto único en Europa, donde no se la recuerda más que por sus recortes, su homofobia y su antieuropeísmo. Incluso en el Reino Unido los conservadores hablan de ella con la boca pequeña, pero los destronados regidores debían considerarla su santa protectora de los recortes y pusieron el nombre sin que nadie se lo pidiera.
Que el anterior ayuntamiento era homófobo tampoco se discute, pues de ello hay innumerables pruebas, y en esa homofobia, incluida en una actitud más amplia de clasismo y falta de consideración hacia lo débil y lo diverso, está una de las causas de su derrota electoral.
¿Les hubiera costado mucho un detalle, un gesto sin gravamen para empezar a congraciarse con uno de los varios colectivos distanciados?… Evidentemente sí, porque sus reflejos siguen condicionando, pero no lo han hecho por homofobia, ¡no!… la verdadera razón es que cambiar unas cuantas placas ¡cuesta dinero! Es decir que no es contra los gais sino por el ahorro.
Tener gais sale muy caro, entre la basura que hay que limpiar después del orgullo y los cambios de placas… Lo mejor es no tener gais o que sigan en el armario.
¿Cuándo aprenderán nuestros conservadores que estas actitudes no son sólo retrógradas sino autodestructivas?

miércoles, 22 de julio de 2015

SÓLO SE CUECE CON AGUA

Los economistas se equivocan muy a menudo, a veces porque juzgan mal las situaciones, a veces porque no tienen datos correctos y otras veces o al tiempo porque la economía sólo es ciencia en el sentido lato de la palabra y, desde luego, está muy lejos de ser exacta. Por eso hay que desconfiar cuando alguien profesa una “doctrina” económica como si se tratara de un dogma religioso y aprovecha cualquier ocasión para recitar su “credo”, sea éste el de los recortes a mansalva o el del gasto público ilimitado, aunque el recitado vaya lleno de citas de los supuestos sabios de una u otra tendencia
A todos nos gustarían dos cosas: que el estado, cualquier estado, nos solucionara todos los problemas, y que, por lo mismo, tuviera una cantidad ilimitada de recursos a su disposición, pero lo malo es que el sentido común nos dice que esto pertenece a la vieja fábula de “Jauja”, la Tierra Feliz.
La crisis que penosamente se termina ha fortalecido otro elemento más que tiende a despistar a afectados, airados y desinformados: la evidencia de que ha habido políticos, administradores y banqueros poco escrupulosos, que se han malgastado recursos y que se ha actuado con injusticia ocupa todo el horizonte y a muchos les parece que este es el único problema, que recuperando lo malgastado o administrándolo mejor todos seríamos prósperos y felices, pero este es un espejismo bien manejado por grupos políticos y mediáticos, que así llevan el agua a su molino y apartan de pesadas discusiones técnicas, muy poco atractivas para los amantes de lo fácil.
Que duda cabe que es mejor administrar bien que mal y emplear los recursos racionalmente y con una justicia básica, pero el único principio irrebatible de la imperfecta ciencia económica es que los recursos son escasos, limitados y finitos, es decir, que no hay todo para todos siempre, que hay prioridades, que lo que se gasta en consumir no se invierte para producir más y mejor, etc…. además de un principio que suena escandaloso para muchos de mis amigos super-progres: el que no se prepara para esto estudiando, ahorrando y aprovechando oportunidades lo tendrá mucho más crudo que el que sí las aprovecha. Peor aún, hay grupos e individuos que nacen desfavorecidos por muchas razones y que tampoco podrán llegar al nivel de otros.
En un sistema justo se deben intentar paliar estas diferencias sin despreciar a nadie, pero reducir no significa eliminar y mucho menos vengarse. Una sociedad creativa y dinámica y, por lo tanto, productora de riqueza, no puede desincentivar los premios a la inteligencia y la energía de sus elementos más creativos, forzar una igualación por abajo y desmochar todo lo que destaca, porque rápidamente se estancará, se empobrecerá y acabará cayendo en injusticias mayores… más en mi próximo post.

viernes, 17 de julio de 2015

PROVOCACIONES

En la triste y despoblada manifestación anti-LGTB que tuvo lugar en Madrid la mañana del 4 de julio, horas antes de la gigantesca marcha del orgullo que vistió la capital de fiesta, uno de los oradores dijo algo que ha servido y sirve de pretexto a los homófobos para su odio verbal y su violencia física: la visibilidad desvergonzada de “homosexuales, depilados, tatuados y llenos de esteroides”, para citar las palabras que usó el caballero, es un insulto, una provocación intolerable a las personas decentes y, por tanto, nadie se puede asombrar de que los así provocados reaccionen dando mamporros y enviando al hospital o al cementerio a los provocadores.
Un ministro marroquí acaba de repetir este argumento al “recomendar” a los gais “que no provoquen”, si no quieren exponerse a la ira popular y la persecución judicial que puede condenar a meses o años de prisión a los que son o parecen ser LGTB, porque ya se sabe que más que “ser” algo, lo que importa es parecerlo y hacer que se vea, puesto que, si no se ve, en realidad no existe.
El orador de la Plaza de Chamberí lo dejó claro: él no tiene nada contra los homosexuales siempre que sean “castos” como lo manda su Iglesia, y siempre que no se los vea por ninguna parte, que sean invisibles en lo profundo del armario…. ¡pero atreverse a salir de él y pasearlo por la calle!
La “moral” tradicional y convencional ha hecho siempre mucho énfasis en estas cuestiones de la visibilidad pretextando el efecto contagio, es decir, que si algo desaconsejable se ve mucho se tiende a copiarlo: si un joven ve un desfile del orgullo puede sentirse tentado a hacerse gay.
No hace falta recurrir a gran ciencia para darse cuenta de que se trata de un pretexto huero y malintencionado: las ventajas de NO SER gay han sido siempre muchas y los ejemplos constantes, sin que eso haya hecho cambiar la orientación sexual de nadie. Lo que sí puede pasar es que un chico reprimido, asustado y despreciado por ser gay se dé cuenta de que no es especial, que hay muchos como él y que puede llevar una vida feliz sin dejar de ser él mismo.
La hipocresía social es muy útil para mantener a cada uno en su sitio y dar ventajas a los que la controlan, de aquí que todos los reaccionarios la cultiven porque les da más poder que muchas leyes y prohibiciones. Roy Cohn, estrecho colaborador del senador McCarthy, tristemente famoso por su “caza de brujas” en los años 50 en los EE.UU., era homosexual, pero persiguió a miles de homosexuales… para morir del SIDA muchos años más tarde. Todavía hoy hay personas que no entienden como alguien puede actuar con esta aparente incoherencia, pero en realidad no hay contradicción: para el Sr Cohn lo más importante era adquirir fama y poder, y en lo que se equivocó fue en elegir como patrón al senador McCarthy, cuya importancia se esfumó tras la caza de brujas, pero en una sociedad hipócrita él podía medrar y, además, llevar una doble vida.
Lo mismo piensan lo que al tratar del desfile del orgullo en Madrid dicen estar muy preocupados exclusivamente por la basura que produce. Parecen referirse sólo a los detritus materiales, pero en realidad están haciendo un gesto de asco a la pérdida del miedo, a la evidencia de que su censura ya ni controla ni dirige ni asusta.

domingo, 5 de julio de 2015

FAMILIA, PROFAMILIA, ANTIFAMILIA

Es patético ver las fotos de la veintena escasa de personas que se manifestaron el día 4 de julio por la mañana en la Plaza de Chamberí de Madrid en pro de la “familia tradicional”, en contra del “matrimonio gay” y a favor de una vuelta al pasado adornada con banderas franquistas.
Soy de los que cree que las multitudes no suplantan las votaciones serias… pero la comparación entre esta exigua, triste y acomplejada  representación y la enorme, alegre y desenfadada fiesta que tuvo lugar por la tarde del mismo día en favor de la igualdad confirma que volver a meter el dentífrico en el tubo sigue siendo imposible.
Se sigue abusando de la palabra “familia”, siempre con tintes reaccionarios, como si los que no comparten un modelo determinado fuesen por lo mismo “antifamilia”, pero antifamilia en puridad no hay nadie… ¿Quién quiere que los individuos permanezcan solos y que los niños se críen en orfanatos? Extrañas utopías como éstas han sido propuestas a veces por filósofos no muy en sus cabales o como parábolas, pero nadie en su sano juicio se las ha tomado nunca en serio o han sido breves y fracasados experimentos.
Hay ideologías que se apropian de conceptos, símbolos y banderas como si les pertenecieran en propiedad y el de “familia” es uno de los más sufridos, pero ¿qué familia? porque los que más acusan a los demás de “redefinir” conceptos encierran el suyo en unos límites tan estrechos que en él solo cabe una estructura patriarcal, obligatoria, básicamente desigual y autoritaria que supone la inferioridad de la mujer, el sometimiento de la prole y la falta de autonomía de todos los miembros del grupo.
En momentos de crisis demográfica evidente ser “antifamilia” no está bien visto, aunque es de pura lógica que la población no puede crecer indefinidamente, pero ¿qué consideran los reaccionarios “profamilia”?
  • Ausencia de educación sexual.
  • Represión sexual.
  • Elevación de la virginidad (femenina) a ídolo
  • Criminalización de la diversidad sexual.
  • Criminalización del aborto.
  • Criminalización del control de natalidad.
  • Matrimonio compulsivo
  • Divorcio imposible o muy caro y difícil.

Todo lo que se salga de esta catálogo de prohibiciones y obligaciones es acusado de ir contra la familia, es decir, contra el concepto que estos señores tienen de la misma y del que otros como libertad, amor, diversidad y autonomía están completamente ausentes.
¿No les parece más bien una caricatura cruel?

viernes, 3 de julio de 2015

ORGULLO Y SATISFACCIÓN

Este 4 de julio de 2015 no es una fecha cualquiera: se cumplen 10 años de la instauración del matrimonio igualitario en España, son ya 23 los estados que lo reconocen y los Estados Unidos en su totalidad se han sumado a la tendencia, ya dominante en todos los países occidentales, aunque quede mucho por hacer en el resto del mundo.
En España también soplan vientos de renovación que han conseguido que cambien muchos gobiernos regionales y municipales y que en la capital de España, sede de uno de la mayores y más festivos desfiles LGTB del mundo, el ayuntamiento deje de ser la rareza que era y se sume con símbolos y personas a la gran celebración, la más multitudinaria y realmente popular de la ciudad.
Satisfactorio resulta que, según muchos estudios, España resulte ser el país donde la diversidad sexual es más aceptada y menos juzgada, al tiempo que la diversidad cultural y racial es también más tolerada y da lugar a menos problemas que en otras latitudes.
Todo esto es positivo y motivo para sentirse modestamente orgullosos, sin altanería ni desprecios a nadie, pero este progreso no nos debe hacer olvidar que lo que se gana se puede perder y que aún hay mucho por lo que esforzarse en Europa y en el mundo, por eso se sigue desfilando, se siguen escribiendo pancartas y llegando más lejos en las reivindicaciones.
¡Feliz día del orgullo!… ¡y a seguir!

lunes, 29 de junio de 2015

HUBIERA COSTADO POCO, PERO...

España es el país más tolerante con la diversidad sexual, de acuerdo al Pew Research Center, organización norteamericana dedicada a hacer encuestas sociológicas. Hay homófobos porque es inevitable, pero la mayoría de la población o simpatiza o es indiferente con identidades, orientaciones y conductas sexuales, mientras no le afecten personalmente, lo que no es el caso, salvo que se trate de fanáticos u obsesos.
En un país tan tolerante y en una capital como Madrid, más tolerante todavía, resultaba anómalo que su gobierno municipal se comportara de forma esquizofrénica: deseando que el turismo foráneo fuera atraído por la tolerancia hacia la diversidad entre otras cosas, mientras ponía toda clase de trabas, multas y cambios de ubicación a organizaciones y celebraciones LGTB, con el deseo de que éstas fueran invisibles.
En un país tan tolerante y que también es mayoritariamente de centro-izquierda, la mayoría obtenida en las pasadas elecciones no debía haber hecho creer al Sr. Ruiz Gallardón y a la Sra. Botella que tenían patente de corso para imponer aún mayores restricciones, pero es evidente que en su limitada visión los principios ultramontanos de una jerarquía religiosa aún más cegata les empujaban al hostigamiento y la mezquindad.
Hubiera costado muy poco poner una bandera arcoiris en el balcón durante menos de una semana; hubiera costado muy poco poner buena cara y dar facilidades para un desfile que es cuestión de un día y enormemente popular; hubiera costado muy poco aparecer como modernos y tolerantes para seguir la imparable ola del mundo occidental, pero prefirieron el dogmatismo y ahora tienen los resultados.
El ondear de las banderas arcoiris en muchos ayuntamientos este año es otro paso adelante en la normalización y el respeto y no se debe en grado alguno al partido de la Sra. Botella, en el que también hay individuos diversos que, como la Sra. Cifuentes, se han aprendido la lección y ha puesto la bandera en el balcón de la sede de la Comunidad. Un poco tarde, pero le ha costado poco y corregir es de sabios… no de tontos.

martes, 23 de junio de 2015

ECOLOGÍA VATICANA

La reciente encíclica papal que versa sobre la obligación moral hacia el planeta ha sido muy bien recibida en todas partes, menos entre fundamentalistas religiosos, especialmente norteamericanos, empeñados en negar lo evidente y en una tonta batalla anticientífica. El documento desautoriza plenamente a algunos candidatos católicos ultraconservadores a la presidencia que, como Rick Santorum, tienen que persistir en su negacionismo para no alienarse el apoyo reaccionario en las primarias.
El texto es interesante pero menos nuevo de lo que se ha dicho: hace mucho tiempo que la Iglesia Católica, escarmentada por anteriores posiciones anticientíficas, acepta calladamente lo que sale de los laboratorios e investigaciones, incluyendo la evolución de las especies, el cambio climático y otros temas que sólo son polémicos para los que pretenden que la Biblia debe ser creída literalmente.
Mucha gente se olvida de que la Sagrada Escritura es sólo parte del dogma católico, que suma también la Tradición, es decir, el magisterio y la interpretación que se ha hecho de la doctrina a lo largo de los siglos. El Catolicismo nunca ha interpretado la Biblia literalmente y tampoco ha visto con buenos ojos un excesivo conocimiento de este texto arcano, de traducción discutida y de origen antiguo y oscuro.
La aceptación de la ciencia en general, sin embargo, no quita que se nieguen o se discutan puntos concretos, detalles aparentemente sin importancia, pero muy importantes y significativos.
Un pasaje de la encíclica papal que parece de relleno es en realidad un ataque en regla contra la diversidad sexual. En él se dice que la diferencia original de los sexos forma parte de la ecología y, envuelto en un lenguaje bien medido, se dice que los cambios de sexo, las parejas del mismo sexo y las familias no convencionales vienen a ser ataques contra el planeta.
Esto tampoco es nuevo, se trata de interpretar la ciencia a conveniencia: en vez de reconocer las variantes de identidad y orientación como innatas y no electivas, se incide en el viejo concepto aristotélico de naturaleza con sus categorías incambiables, lo que parece dar marchamo científico a la moral básicamente antisexual siempre predicada.
Nada nuevo bajo el sol de Roma.

jueves, 18 de junio de 2015

LAICISMO

Creo que es importante en estos tiempos de cambio que vivimos, el gesto de varios alcaldes gallegos de no asistir a ceremonias religiosas en sus funciones institucionales. El hecho contrasta con las burlas, insultos y amenazas recibidas por un concejal de IU en el pueblo toledano de Argés, cuando pidió que se le retiraran los símbolos religiosos en su juramento.
Durante demasiado tiempo se ha permitido a la Iglesia Católica una situación de privilegio injustificada en una sociedad plural. Resulta difícil de aceptar que una confesión determinada sea sostenida por los impuestos de todos, creyentes y no creyentes, en un estado sin religión oficial en teoría. Tampoco es de recibo la injerencia de una organización semejante en la educación y la política como poder fáctico, sin que tenga en realidad apoyo alguno en leyes y reglamentos.
Muchos ciudadanos que están en contra de esta situación no se dan cuenta, sin embargo, de que la injerencia empieza por la invasión y monopolización del espacio público, las celebraciones y el mantenimiento de ritos y costumbres que pueden ser ancestrales, pero que justo por esto deben ser cambiados para adaptarse a la pluralidad y al hecho incontrovertible de que una parte considerable de la población no cree ni practica esa religión.
“Siempre se ha hecho así” es la frase habitual de excusa, pero también la que ni explica nada ni puede ser admitida. “Es una muestra de intolerancia rechazar la costumbre establecida”, es el ataque utilizado contra los que protestan cuando se les impone el rito, para fingir que los que lo imponen son “víctimas de persecución”, cuando son justo lo contrario.
Ningún cargo público debería nunca asistir a ceremonias religiosas como tal cargo. Lo que se hace con esto es dar una oficialidad y una autoridad sancionadora a la iglesia sin base legal o racional. Un alcalde puede ser muy católico e ir a una procesión, pero como un ciudadano más, no como alcalde. El que algunos se hayan atrevido a rebelarse es una buena noticia y semilla de un comportamiento que sin duda se extenderá.

lunes, 15 de junio de 2015

EN CONTRA Y A FAVOR

Estar en contra de algo no supone automáticamente estar a favor de una idea contraria; la vida es un poco más complicada. Del mismo modo, estar a favor de algo no significa aprobar por sistema todo lo que se hace en pro de una idea, porque estilo, estrategia, táctica y métodos pueden no ser los adecuados o con los que estamos de acuerdo.
Viene esto a cuento por el problema de los tuits del que iba a ser Concejal de Cultura de Madrid con Manuela Carmena, porque si estos tuits eran realmente suyos lo descalifican absolutamente para ocupar un puesto en un gobierno municipal que supuestamente está en contra de segregaciones, racismos, clasismos, etc. Me enfada aún más que se pretexte que esto es “humor”, porque el humor es algo que también se utiliza con excesiva frecuencia para herir.
No me sorprende que algunos se hayan tomado esto como un ataque y que hasta se hable de “manejos de Esperanza Aguirre”. Insisto en que si los tuits son reales da igual quien los denuncie, porque son impresentables y demuestran la catadura moral de un individuo capaz de reirse del holocausto o de que una chica pierda las piernas en un injustificado (siempre) acto de violencia.
¿Cuándo nos daremos cuenta de que no podemos ni debemos defender lo que está mal en ningún caso? Todavía con mayor razón cuando lo hacen “los nuestros”, porque su mal nos contamina a todos y difícilmente podemos acusar a otros de lo que no corregimos en casa. El PP está aprendiendo lo que es ignorar la corrupción de los suyos y el desprecio a los otros; los que están en su contra no pueden ni deben excusar dichos y hechos que vulneran principios básicos de convivencia porque acabarán volviéndose contra ellos.
Una persona capaz de hacer gala de “humor” con judíos y víctimas del terrorismo ¿por qué no se va a reír también de feministas, maricones, lesbianas, transexuales…? De todo se puede uno reír, especialmente si se ignoran los sentimientos del objeto de la burla. En España se ha justificado demasiadas veces el “humor negro”, un tipo de burla que a menudo se ha cebado en personas y grupos desfavorecidos o discriminados; un humor cruel, grosero y machista más veces que no. El humor es algo muy subjetivo y hay que tener mucho cuidado con lo que se dice y a quién.
Hay que estar siempre en contra del mal nunca a favor, aunque el causante milite en nuestro equipo.