lunes, 29 de junio de 2015

HUBIERA COSTADO POCO, PERO...

España es el país más tolerante con la diversidad sexual, de acuerdo al Pew Research Center, organización norteamericana dedicada a hacer encuestas sociológicas. Hay homófobos porque es inevitable, pero la mayoría de la población o simpatiza o es indiferente con identidades, orientaciones y conductas sexuales, mientras no le afecten personalmente, lo que no es el caso, salvo que se trate de fanáticos u obsesos.
En un país tan tolerante y en una capital como Madrid, más tolerante todavía, resultaba anómalo que su gobierno municipal se comportara de forma esquizofrénica: deseando que el turismo foráneo fuera atraído por la tolerancia hacia la diversidad entre otras cosas, mientras ponía toda clase de trabas, multas y cambios de ubicación a organizaciones y celebraciones LGTB, con el deseo de que éstas fueran invisibles.
En un país tan tolerante y que también es mayoritariamente de centro-izquierda, la mayoría obtenida en las pasadas elecciones no debía haber hecho creer al Sr. Ruiz Gallardón y a la Sra. Botella que tenían patente de corso para imponer aún mayores restricciones, pero es evidente que en su limitada visión los principios ultramontanos de una jerarquía religiosa aún más cegata les empujaban al hostigamiento y la mezquindad.
Hubiera costado muy poco poner una bandera arcoiris en el balcón durante menos de una semana; hubiera costado muy poco poner buena cara y dar facilidades para un desfile que es cuestión de un día y enormemente popular; hubiera costado muy poco aparecer como modernos y tolerantes para seguir la imparable ola del mundo occidental, pero prefirieron el dogmatismo y ahora tienen los resultados.
El ondear de las banderas arcoiris en muchos ayuntamientos este año es otro paso adelante en la normalización y el respeto y no se debe en grado alguno al partido de la Sra. Botella, en el que también hay individuos diversos que, como la Sra. Cifuentes, se han aprendido la lección y ha puesto la bandera en el balcón de la sede de la Comunidad. Un poco tarde, pero le ha costado poco y corregir es de sabios… no de tontos.

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