jueves, 27 de octubre de 2011

Los malos modos


El blog "Dos Manzanas" hablaba hace poco del eco internacional de la indefinición del PP sobre la ley de igualdad de derechos en el matrimonio, mal llamada por algunos "ley del matrimonio homosexual, aunque como se ve en el post anterior una clara regresión en este aspecto no le sería muy favorable una vez en el gobierno.


Los comentarios al post de Dos Manzanas son un ejemplo del apasionamiento partidario y del bajo nivel de discusión política en estos momentos: sobreabundaban los que repetían descalificaciones generales del gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero, lanzaban insultos o repetían manidos tópicos de los propalados por los medios más vociferantes y reaccionarios. Algunos de los que intentaban contrarrestar este diluvio de improperios tampoco rayaban a gran altura, como si los problemas concretos no importaran y todo se redujera a una pura oposición partidaria.

Una ley no es buena o mala porque la haga un gobierno concreto sino porque su aplicación produce determinados beneficios sociales. Se puede ser contrario al gobierno del Sr. Rodríguez Zapatero y votante de otros partidos incluyendo al PP sin hacer estas descalificaciones generales y groseras, porque si nos quedamos en ellas perderemos la perspectiva y no seremos capaces de apreciar con mediana corrección las ventajas o desventajas de cualquier legislación, así como el grado de aceptación social de medidas determinadas.

La mala educación de ciertas personas, su carencia de argumentos y su sectarismo no son de recibo en una discusión y los blogs en cuestión harían bien en filtrar lo que no es sino ganga inútil. Los insultos no convencen ni aclaran solo sirven para fomentar el mal humor cuando no la violencia pura y simple, verbal o de otra clase.

domingo, 23 de octubre de 2011

Sobre el matrimonio


En un coloquio, tenido por los miembros de la Asociación de Mayores LGTB de Madrid, se analizaron el significado y las consecuencias de las leyes española que igualan los derechos de las personas lgtb con los héterosexuales, especialmente la posibilidad de contraer matrimonio. Estas leyes obedecen a una tendencia internacional, pero las españolas están entre las pioneras y más avanzadas del mundo.


Los participantes en el coloquio estuvieron de acuerdo en que deben interpretarse como un avance en los derechos civiles, algo que aún no comprenden los que se aferran a argumentos de origen religioso o de pretendida "ley natural", igualmente de origen religioso. No se trata de predicar moral o de "copiar modelos burgueses" como aún se repite sin mucho fundamento en ciertos cenáculos, sino de dar la posibilidad a todos de ejercer un derecho con las ventajas que conlleva.

También hubo bastante consenso en la dificultad de revertir la ley: la aceptación social es mayoritaria, la aplicación de la ley no ha creado problemas, que sí crearía su abrogación, y la mala imagen del gobierno y del partido que la aplicara no compensaría sus posibles beneficios, que se limitan a la aprobación del sector social más conservador y ultramontano.

España es una demostración de que estas leyes favorecen la normalización de la homosexualidad como una variante y contribuyen a eliminar prejuicios e ideas arcaicas y poco adaptadas a la evolución científica y social. Es solo una cuestión de tiempo su extensión a más estados, puesto que los únicos obstáculos que a ellas se interponen son los creados por los grupos de presión dogmáticos.