miércoles, 27 de noviembre de 2019

OBSESIÓN ANTI

Los reaccionarios diversos siguen en España y en otros países dale que dale con las condenas a la diversidad sexual, intentando revertir derechos y procurando que lo diverso sea invisible, que es la mejor manera de demonizarlo. Quieren que el sexo esté obligatoriamente aliado a la reproducción y que la sociedad siga siendo machista, es decir, patriarcal, con las mujeres como seres de segunda clase, lo que sin duda creen que ennoblece a los machos que no tienen nada más para enorgullecerse que sus genitales.
Si exceptuamos a los malvados que propalan estas ideas para conseguir poder personal, los cretinos que las siguen o bien son machos frustrados, o ignorantes supinos o fanáticos de algún color, cuando no las tres cosas a un tiempo, porque el hecho es que la diversidad y su reconocimiento no amenazan a nadie, y que la igualdad de derechos sólo suma no resta, mientras que en un mundo superpoblado la reproducción porque sí es sólo una idea antigua, muy alejada de la verdadera necesidad de menor población, mejor educada y menos saqueadora de los recursos naturales.
Se siguen leyendo noticias sobre ataques de machos enfebrecidos a personas LGTB o que son percibidas como tales, sin que haya mediado ninguna provocación personal, lo que demuestra que, aparte de tontos y brutos, estos energúmenos siguen recibiendo la propaganda de iglesias y fascistas de diferente marca, que aún ven a la sociedad como era hace cien años o más, y que siguen sorprendiéndose de que haya “tantos” diversos, con la visibilidad actual, lo que les hace suponer que es algo que “está de moda” o a lo que se han convertido jóvenes incautos captados por homosexuales aviesos, porque no se creen que identidades y orientaciones sean innatas e incambiables, sino que las consideran “elecciones”, malas por supuesto, de perversos o descarriados.
La realidad es que cuando la ciencia ha dejado claro que las minorías sexuales son algo plenamente natural y no “contra natura”, como se decía antes, la vuelta atrás plena es imposible, lo que no quita que se pueda hacer sufrir mucho a muchas personas por la maldad de unos pocos y la ignorancia de muchos.

miércoles, 20 de noviembre de 2019

LIBERALES INTOLERANTES

Es sorprendente la cantidad de tonterías que los extremistas chillan contra la diversidad sexual, cuando desde el punto de vista científico no hay duda de que es “natural”, es decir, que no se la ha inventado nadie para fastidiar, como parecen creer los republicanos en Estados Unidos, los fundamentalistas católicos y protestantes y los inenarrables miembros de Vox, que por ser locales y hablar en español resultan aún más irritantes.
Claro que, para estos señores y señoras, los derechos individuales han presentado siempre problemas y que, desaparecido en la práctica el sovietismo, puesto que Corea del Norte y Cuba no son más que fósiles, la izquierda en general ha aceptado la realidad, a veces con bastante dificultad, todo hay que decirlo, porque para los machos recalcitrantes de cualquier ideología y las hembras que los veneran, la idea de que un hombre pueda querer a otro es un insulto.
Hasta el Papa, con su cambio de actitud, ha advertido contra la mentalidad de odio, aunque poco puede hacer contra los innumerables obispos y párrocos que braman contra los diversos y siguen creyendo que homosexualidad y transexualidad son contagiosas y deben ocultarse, aunque luego sus costumbres privadas y bien ocultas dejen mucho que desear.
Por eso es tan oportuna la declaración de la AMA, asociación de médicos de los Estados Unidos, que recomienda la prohibición de las mentirosas y peligrosas “Terapias reparativas”, que nunca han cambiado la orientación de nadie, pero que si han llevado a muchos al suicidio después de sacarles sustanciosas cantidades de dinero.
Lo que siempre me sorprenderá, especialmente de los que abusan de la palabra “libertad” para discriminar e imponer sus prejuicios, es la evidente intolerancia que muchos supuestos liberales lucen contra la diversidad, que parece ser les irrita sobremanera, lo que desmiente su supuesto liberalismo, puesto que nada ni nadie los obliga a cambiar de orientación, identidad o gustos. ¿Por qué no pueden respetar lo que no les gusta o lo que no entienden?
La respuesta es que en realidad no son liberales más que para ciertos asuntos, especialmente económicos, pero no para el resto, puesto que tienen aún una visión del mundo y de la sociedad metidos en un patrón que ellos creen “eterno” e incambiable, aunque todo esté evolucionando aceleradamente y cada vez tenga menos sentido el modelo único en el que creen.

martes, 5 de noviembre de 2019

CON VISTAS A LAS ELECCIONES

He encontrado este artículo mío de 2016 que es bien actual ahora
.

En estos días de votaciones en toda Europa y en el mundo, no está de más recordar que es conveniente votar con la cabeza y no dejarse llevar por las emociones empujadas por eslóganes tan fáciles como engañosos.
No son elecciones sin importancia ni en Gran Bretaña, ni en España ni en los Estados Unidos, se trata más bien de momentos decisivos en los que se juegan muchas cosas básicas y, en tiempos de inflexión, desperdiciar el voto o utilizarlo negativamente se puede tildar de irresponsable.
Llamo voto negativo al que se lanza como piedra contra algo o alguien sin reparar en las consecuencias, como el que muchos ingleses se preparan a hacer contra una EU que les han hecho ver como el coco con mentiras o medias verdades, sin considerar los daños que hacen a su propio país o a la economía mundial, ni apreciar que una EU desestabilizada es un peligro general, pero muy especialmente para el Reino Unido.
Negativo es también optar por extremismos varios con ánimo iconoclasta: “elijamos al más exagerado para dar una bofetada a los que gobiernan”, “¡Que ven lo que es humillación!”…. Pero los votos vengativos pueden abrir la puerta a gobiernos que en realidad no se desean por bisoños, irresponsables o irracionales.
Es una pena que las campañas políticas de los partidos se basen más en despertar la emoción que la razón, pero una lectura cuidadosa de programas y de las críticas de los mismos puede dar una idea mucho más clara de lo que pretenden hacer los elegidos, aunque tampoco se ajusten nunca al 100% de lo programado.
Votar con la cabeza requiere a veces no hacerlo por lo que sería ideal, sino por lo que es más posible, porque los grandes cambios históricos nunca son repentinos sino que se producen más bien por pequeños incrementos que se suman. Un conocimiento superficial de la historia puede convencer de que una gran revolución supuso una transformación total, pero un conocimiento profundo revela que siempre tras las revoluciones hubo una larguísimo período de ajuste con numerosos retrocesos y considerables sacrificios, porque una sociedad compleja no puede dar un salto en el vacío sin pagar un alto precio por ello. Y esto cuando la revolución en cuestión triunfó de verdad aunque fuera parcialmente, porque ha habido otras que, como la soviética en Rusia, sólo trajeron sufrimiento y opresión para acabar en un caudillismo nacionalista sin libertades reales al que nadie envidia.
La democracia es un sistema delicado, lento y contradictorio, pero en eso residen justamente sus garantías y la base de las libertades de las que goza la mayoría, pretender “que ganen los míos” se puede, pero siempre que se sepa que “los otros” también van a estar allí, que no son eliminables, aplastables o despreciables… y que pueden ganar en otra elección más tarde.
En una democracia caben todos y los verdaderos demócratas saben que también tienen que defender y dejar su sitio a los grupos e ideas que no son de su agrado, porque lo contrario sólo lleva tarde o temprano a la tiranía.

lunes, 4 de noviembre de 2019

NO HAY QUE CREERSE LAS RAZONES DE LOS QUE ODIAN

Una de las cosas con las que hay que lidiar ahora es con el hecho de que   muchos odiadores no quieren aparecer como tales, y protestan inocencia cuando se los acusa, aunque esté muy claro que detestan virulentamente a gente de otras razas, otras orientaciones sexuales u otras tendencias políticas. Así los de VOX dicen no tener nada contra los homosexuales, pero dicen también que “no deben publicar su orientación”, que esto es algo privado que nadie tiene porqué saberlo, lo que significa que ellos creen que está mal, muy mal, que es un defecto a esconder, porque la sociedad es sólo de una manera determinada, que es, por supuesto, la que ellos dicen.
Como esta gente también está en contra del matrimonio igualitario, de las marchas del orgullo y de las mujeres en general, no sé a quien pretenden engañar, puesto que lo que quieren de verdad es que todo el mundo vuelva al armario, que lo que se salga del catecismo no se vea, o aparezca como algo monstruoso y anormal, que los adolescentes que se reconozcan diferentes se avergüencen de sí mismos y se encuentren tan a disgusto que se suiciden, con lo que su “perfecta” sociedad no pierde nada, ya que son gente que no vale nada, en comparación con los machos que cazan, juegan al fútbol, van a los toros y violan mujeres igualmente sin valor, puesto que ya se sabe que una fémina que aduce violación es una embustera sinvergüenza que no ha resistido bastante, por o decir nada de las que pretextan malos tratos, cuando si el marido les da bofetadas es porque seguramente se lo merecen, sin entender que la mujer está para servir al hombre y permanecer calladita, como se les recomienda en todas las sagradas escrituras de religiones varias desde que el mundo es mundo.
No hay que hacer caso de las protestas de inocencia de semejantes individuos y grupos; cuando se manifiestan en contra de los inmigrantes es porque los odian, no por otra razón. Los odian porque son más oscuros de piel, o porque son musulmanes o porque son pobres.
Se ve en Francia, con la ridícula polémica que resurge periódicamente sobre las mujeres que llevan velo. Que se trate de un país laico no quiere decir que la gente no pueda llevar signos de su religión o de sus costumbres, puesto que no se le imponen a nadie; que haya ciertas normas sobre no llevar la cara cubierta en sitios públicos no quiere decir que no se pueda llevar el pelo tapado.
En realidad estamos ante el odio que se siente por musulmanes a los que una buena parte de la población no considera franceses, aunque fueron ellos los que los trajeron a trabajar, pensando que siempre se quedarían como semi-esclavos a los que se podría manejar o incluso expulsar.
No nos engañemos: los que odian no pueden disimularlo y jamas debemos hacer caso de sus protestas de inocencia, ni aceptar sus excusas, porque nadie los malentiende sino que está muy claro lo que realmente quieren, es decir, expulsar, maltratar o denigrar a ciertas minorías, sólo eso.