jueves, 6 de agosto de 2015

HUMANIDAD

“Con la Iglesia hemos topado” es la famosa frase de Cervantes por boca de Don Quijote, y se repite cada vez que alguien se encuentra con algún obstáculo levantado por la institución contra lo que le disgusta como tal o lo que enfada a sus jerarcas.
Viene esto a cuento del joven transexual gaditano a quien se impide ser padrino de bautizo de su sobrino por ser, en boca del obispo local, algo así como casi no humano, además de “estar impedido para las leyes del amor”, por definición del obseso obispo de Alcalá.
Todos sabemos que el bautizo es hoy día sobre todo una ocasión festiva tradicional, que ser padrino del mismo apenas tiene obligaciones, y que el joven en cuestión las tiene de todos modos por ser tío carnal del bebé….Es decir, que no importaría mucho, además de pasar desapercibido, que el padrino nació con el sexo biológico equivocado.
¡Pero qué magnífica ocasión para entrar al trapo y recordar a todos que la institución cree absolutamente en la “ideología de género” inventada por ella misma! Biología, ciencia y evolución social son cosas que se pueden ignorar cuando se ha erigido un castillo dogmático basado más en prejuicios medievales y machistas que en escrituras supuestamente divinas, puesto que en éstas no se preveían cosas como la transexualidad.
Una prueba más de que, a pesar del amor que se pretexta, el sufrimiento individual no es importante cuando se trata de defender altos principios, aunque éstos sean crueles y absolutamente inhumanos.

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