lunes, 13 de septiembre de 2010

Sobre la bisexualidad y lo que se quiere decir con ella


Vaya por delante que yo no niego que haya bisexuales, es decir, personas que se sienten atraídas de igual modo por su propio sexo y por el opuesto; vaya por delante también que yo no he conocido nunca a nadie así, pero que se debe seguramente a la limitación de mis contactos y la natural reserva de muchas personas respecto a su vida privada. No niego nada, pero sí afimro que muchas de las personas que se llaman bisexuales NO LO SON.

Bisexual suele ser una clasificación conveniente para muchos que están saliendo del armario, a los que da miedo todavía llamarse gays a parte entera. Algunos llegarán a salir del todo y renunciarán al Bi, otros no serán capaces de desprenderse de sus miedos o prejuicios y se quedarán siempre a medias y con el cartel puesto, pero los que los observamos desde fuera sabemos que no hay ambigüedad alguna, puesto que siempre buscan lo mismo.

La falsa autoclasificación abunda entre muchos hombres casados y con hijos (como Abraham Lincoln en la foto) que esgrimen esta característica como prueba de su bisexualidad, pero lo único que prueban con ello es su doblez, puesto que funcionar con una mujer y preñarla no significa que se desee verdaderamente al sexo opuesto, sino que se ha buscado una vida convencional, lejos de cualquier alternativa peligrosa. También puede significar que alguien se casó antes de ser plenamente consciente o de entender y aceptar lo que le pasaba. En ningún caso estamos ante un bisexual sino ante un homosexual vergonzante.

Esta falsa demostración es también esgrimida por los fanáticos religiosos que niegan que la homosexualidad exista: "¡Ah, has sido capaz de hacerlo con una mujer y de tener hijos... pueas así debes seguir y apartarte de las fantasías pecaminosas!". Si se trata de una lesbiana ni siquiera tienen que demostrar nada, sólo dejarse hacer con o sin placer. Si se trata de un personaje histórico se puede aducir que "no hay pruebas fehacientes"... como si pudiera haber más que las indirectas.

La bisexualidad seguramente existe, pero del dicho al hecho hay mucho trecho.

lunes, 6 de septiembre de 2010