jueves, 9 de febrero de 2012

PESIMISMO

Creo que los españoles, especialmente los españoles progresistas, no han medido bien las consecuencias de dar un poder tan extremado a un partido tan escorado a la derecha como el PP. El miedo a la crisis, la desilusión con los socialistas y la creencia en la taumaturgia económica de los conservadores han operado un cambio, pero no todos los cambios son buenos, como puede observarse ya. Milagros económicos no hay, pero regresión social sí.
Han empezado con el aborto y con la asignatura de Educación para la ciudadanía, la asignatura no es en realidad muy importante, pero el mensaje que se da al suprimirla o vaciarla es que los obispos mandan, que el catolicismo oficial está de vuelta con ánimo inquisitorial, demostrado aún más por la reversión a una ley del aborto anticuada, problemática y que hace lo inevitable más difícil. Pronto vendrá el tío Gallardón con las rebajas de la ley del matrimonio igualitario: inconstitucional, rebajado a unión civil, con prohibición de adoptar, seguido de los obstáculos que la Sra. Botella prepara ya para que los gays sean de nuevo invisibles en la calle y no puedan enorgullecerse de nada, ¡qué progreso! ¡qué modernidad!
Menos visible y no bien advertida es la contrarreforma educativa que medida tras medida crea un sistema que pasa de dual a fracturado, con una escuela concertada monopolizadora de clases medias y una pública descapitalizada con la que maleducar a "inferiores", es decir, una nueva entrega de la mayor parte de la educación, con el bachillerato y parte de la universidad, a eclesiásticos y adláteres fanáticos de movimientos integristas varios. Podemos sumar a esto la sanidad dual y otros ejemplos para sumirnos un poco más en una pesadilla de la que va a ser muy difícil salir, porque desalojarlos del gobierno será bien difícil e ingenuidades como la "indignación" se parecen más a picaduras de mosca que a aguijones de avispa en la armadura de una derecha recalcitrante que se llama liberal, pero que es la cazurra de siempre, con blanqueo del franquismo incluido.
Soy de los que cree que el futuro no es de ellos y que las conquistas de derechos volverán, pero no nos engañemos, habrá que volver a luchar por ellas.