miércoles, 22 de octubre de 2014

BATALLAS GANADAS, GUERRAS PERDIDAS

En toda evolución social hay un momento en el que se pasa un punto de no retorno tras el cual toda vuelta atrás es imposible. Nadie habla hoy día de los privilegios de los nobles, perdidos entre los siglos XVIII y XIX, y poca gente sabe incluso en qué consistían. Nadie tampoco se atrevería a defender públicamente la esclavitud o la privación de derechos políticos de las mujeres, asuntos que apenas hace 150 años (un suspiro en la historia) eran discutidos con vehemencia y tenían muchos partidarios hasta entre individuos ilustrados. Ahora es el momento de los derechos LGTB y los pasos positivos dados en esta dirección han ido tan lejos que han llegado hasta el Vaticano.

El Papa Francisco está demostrando que su actitud no es meramente diplomática, sino que quiere introducir algunos cambios más que cosméticos en un código moral impracticable por alejado de la realidad. Todas las iglesias cristianas en las sociedades avanzadas se encuentran hoy día en una encrucijada, tanto más dramática cuanto más rígida y autoritaria sea su organización, por dos causas principales: en primer lugar la ciencia y la libertad de pensamiento amenazan directamente la base de creencias elaboradas y desarrolladas hace milenios por y para sociedades de campesinos, esclavos y siervos; en segundo lugar la emancipación femenina, la biología y la medicina han derribado barreras y transformado conceptos de tal modo que hoy día ya no es posible oponerse a la realidad del divorcio o la posibilidad de abortar, mientras que las antiguas certezas sobre género, rol y hasta sexo biológico se han hecho más difusas y llenado de matices.

Radicales cristianos, musulmanes y laicos homófobos se han empeñado en una guerra contra los derechos LGTB en general, no sólo contra el matrimonio igualitario, y han ganado algunas batallas como en Rusia o Uganda, o siguen intentando congelar la evolución como en Italia, pero la realidad se impone y, si el consenso científico y social mayoritario afirma que las personas LGTB no son ni enfermos ni delincuentes, no quedan razones lógicas para no considerarlos ciudadanos de pleno derecho que es de lo que se trata, no de amor o aprecio, que es con lo que algunos lo confunden.

En los Estados Unidos, por ejemplo, nadie que aspire a ser respetado hace gala de racismo en público, pero eso no evita que haya racistas con fuertes y arraigados prejuicios. Lo importante es hacer el racismo inaceptable socialmente y objeto de persecución civil o penal en los tribunales cuando se manifiesta.

El Vaticano parece estar llegando a la conclusión de que, en tiempos de grave crisis para la Iglesia Católica, la oposición frontal a los nuevos datos biológicos y a los cambios sociales es tan inútil como negarse a aceptar la marginalidad del sistema solar en el universo o la evolución de las especies. Esto tampoco significa amor, sólo cambio de táctica, pero siempre hay que alegrarse de que un frente de guerra entre en relativa calma. 

viernes, 17 de octubre de 2014

HISTERIA

Las sociedades modernas son tan propensas a la histeria como a buscar inmediatamente culpables para las causas de la misma, desde un ciclón a una inundación pasando por una pandemia. Gobernantes y otros responsables demuestran su fuste cuando responden con coherencia, sin escurrir el bulto y sin dejarse ganar también ellos por la histeria.

La "Crisis del Ébola", originada por esta enfermedad, pero muy lejos de ser una verdadera crisis, ha sido el ejemplo perfecto de cómo NO tratar un tema delicado, pero mucho menos amenazante en Europa o Norteamérica que en los pobres países africanos a los que realmente castiga. Un país con buenos hospitales modernos, higiene y alcantarillado no es muy propenso a desarrollar miles, ni siquiera cientos de casos de una enfermedad que no se contagia por el aire y cuyos brotes se pueden controlar.

La histeria atizada por medios de comunicación irresponsables, verdades a medias y comparaciones estúpidas ha hecho presa fácil en una población inclinada a la exageración por el enfrentamiento político, los impopulares recortes y la ausencia de tratamientos y vacunas eficaces, pero también en unas autoridades siempre dispuestas a escurrir el bulto y acusar a las víctimas, con lo que podríamos llamar pésima psicología social.

¿Se debió repatriar a los dos misioneros enfermos? Hay tantas razones a favor como en contra, pero de eso a decir que "el gobierno ha traído intencionadamente el Ébola" hay un abismo de mala fe. Si se hubiera decidido no repatriarlos las críticas hubieran sido igual de malas.

¿Son los recortes culpables del contagio de la auxiliar? Toda la lógica dice que no. Los casos en los Estados Unidos han sido similares y utilizar este argumento quita credibilidad a las legítimas protestas por la reducción de medios de la sanidad pública. No se puede utilizar cualquier argumento contra el adversario.

¿Se han comportado bien los responsables? Sólo a medias y muy mal al apresurarse a culpar a la víctima. Casos similares pueden reproducirse en el futuro y el consejero que la acusó de tonta es simplemente un estúpido arrogante.

En cuanto al resto de la estupidez histérica fomentada por curanderos y monjas catalanistas mejor no hablar: plantas mágicas, ozono por vía anal y otras ignorancias se propalan estos días por los cauces habituales para consumo de crédulos yorigen de más histeria.

martes, 14 de octubre de 2014

RECTIFICACIÓN

Tengo que recoger velas, al menos parcialmente, porque el Ministerio de Justicia respondió a mi queja sobre el Certificado de Matrimonio, con explicaciones coherentes. Parece ser que el Certificado PLURILINGÜE está hecho de acuerdo a un modelo europeo pactado en tratados y que no puede ser reformado unilateralmente. La solución es pedir un Certificado Literal en español, hacerlo traducir y presentarlo así-

Mi crítica no va dirigida esta vez sólo contra el Ministerio español de Justicia, que hasta se ha dignado responder a una pregunta, sino a las autoridades de todos los estados europeos que tienen en sus leyes el matrimonio igualitario y que se han movido poco o nada para hacer aceptar otros modelos.

El resultado es más gasto: no sólo hay que pedir un nuevo Certificado, sino que hay que hacerlo legalizar, ponerle la Apostilla de la Haya, etc.... Molestias que una pareja de chico y chica no tiene que sufrir.

viernes, 10 de octubre de 2014

IMPRESOS E INSULTOS

En mi post anterior hacía referencia a los progresos experimentados en cuando a derechos, pero basta una pequeña excursión por la realidad para darse cuenta de que hay que seguir luchando y esforzándose cada día para que la igualdad real sea un hecho. Véase si no el ejemplo del Registro Civil de Madrid y sus Certificados de Matrimonio.

Hoy día es posible pedir un Certificado por internet y ahorrarse las interminables colas, esperas y fealdad ambiente del Registro Civil en la Calle Pradillo. No es gratis, claro y aún es menos gratis si se quiere plurilingüe para el extranjero y con la correspondiente Apostilla de la Haya. Tengo que reconocer que el servicio no gratuito es eficiente y que apenas una semana después le llega a uno el certificado, pero ahí se acaba la complacencia porque ¿qué aparece en el papel de marras?.... pues que que si se trata de un matrimonio del mismo sexo han emitido un certificado falso. En el documento aparecen los nombres del MARIDO y de la MUJER.... ¡con independencia del sexo de los mismos! De modo que si son dos varones uno de ellos es declarado mujer y si son dos hembras una de ellas es declarada varón.

Si olvidando la comodidad se hace un viaje hasta la oficina siniestra del Registro, se asciende por la escalera hasta el 2º piso (la puerta del ascensor no se abría en el 2º) y se pregunta a la funcionaria de servicio, esta responderá que ES EL ÚNICO MODELO EXISTENTE

Dado que es improbable que se produzcan cambios de sexo por certificación administrativa, tan aberrante situación demuestra una vez más la falta de sensibilidad, cuando no el sabotaje puro y simple y las ganas de fastidiar de los de siempre.

Es bastante increíble que nadie haya tenido la idea de cambiar el modelo desde 2006, es enteramente inaceptable que se humille a los ciudadanos y se les causen posibles problemas en el reconocimiento de su matrimonio por lo que sólo se puede llamar homofobia.

sábado, 4 de octubre de 2014

SOCIEDAD, PROGRESO Y LEYES

Los progresos experimentados en la última década en cuanto a derechos civiles individuales en occidente son significativos y todos juntos constituyen una verdadera revolución social, aunque mejor cabría decir que reflejan los cambios de las sociedades postindustriales maduras. En post anteriores he incidido en el hecho de que no es posible imponer leyes que una sociedad no acepta mayoritariamente (como se ha podido comprobar en España con el intento de revertir la ley del aborto) porque si se desobedecen masivamente son contraproducentes, pero no pensemos que esto se aplica sólo a ideologías retrógradas; introducir legislación avanzada en sociedades no receptivas suele ser igualmente inútil y peligroso socialmente.

Aparecen como una contradicción los retrocesos experimentados en derechos sociales en las mismas sociedades: escasez e inestabilidad de puestos de trabajo, desigualdad creciente de ingresos, carestía de la vivienda, solidaridad decreciente, etc, pero en realidad son un resultado de los mismos factores. Globalización, incidencia de ciencia y tecnología, nuevas potencias económicas, crisis demográfica etc hacen insostenible un modelo socialdemócrata occidental que entró en crisis hace mucho tiempo. Un desafío para el futuro es estudiar como se puede dar origen a otro modelo solidario más sostenible en el difícil entorno presente y futuro, pero la contradicción en cuanto a derechos es sólo aparente, porque en cierto modo la mayor libertad individual es también una consecuencia de la individuación y el aflojamiento de vínculos sociales y de la aparición de identidades personales múltiples y fluctuantes, imposibles en las rígidas categorías anteriores.

Estado, familia, matrimonio y filiación han cambiado: en algunos casos se han debilitado y en otros han transformado su sentido, lo que es interpretado desde posiciones conservadoras y fijistas como decadencia o desastre, pero esto supone no apreciar que estos conceptos son cambiantes como todo en la historia y que se han transformado ya muchas veces.

También en cierto modo la frustración en cuanto a derechos sociales se compensa parcialmente con la expansión de los individuales, aunque esto suponga inseguridad y una variabilidad aún mayores, pero la vida es así de complicada, contradictoria, confusa y finalmente creativa.... si podemos ser lo que queremos, también lo tenemos que inventar, crear y hacer posible, y en esto consiste la maravilla del espíritu humano cuando puede ser libre.

Nunca hay un fin porque el camino es un fin en sí mismo.