domingo, 24 de agosto de 2008

PAREJA GAY SORDA

Dos hombres sordos que se casan. Nada vergonzoso en ningún aspecto ¿Por qué ocultarlo?

La bendita discreción


Nada más publicarse por algunas webs italianas que uno de los muertos en el desgraciado accidente de Spanair era gay, que vivía en pareja y que entre ambos educaban a un niño de tres años (muertos todos), algunos periodistas han reaccionado con indignación afirmando que estas informaciones violaban la intimidad de las personas, que eran innecesarias, morbosas, de mal gusto, etc.

Esto se parece a lo que una antigua compañera de trabajo dijo cuando preguntó sobre alguien si era gay y le respondieron afirmativamente:
-¡Qué pena!... pero al menos es discreto.

Es decir, que ser gay es tan vergonzoso como tener una adicción inconfesable, un defecto que hay que ocultar, una desgracia que anula cualquier otra virtud que se tenga.

La discreción puede ser defecto y no virtudLo más curioso de esta actitud es que muchos de los que la practican son tan radicalmente homófobos que no reconocen su propia homofobia y serían capaces de añadir a continuación algo en la línea de:"algunos de mis mejores amigos son gays" como quien dice: "me dan mucha pena los pobres leprosos y hasta me acerco a ellos, aunque a una distancia prudencial no sea que me contagie.

Muchos, incluyendo no pocos gays, aún no entienden que si la homosexualidad no es ni crimen ni enfermedad no hay razón alguna para ser discreto sobre ella. Si se dice de algún heterosexual con toda naturalidad que está casado y tiene hijos, que vivía con su novia o que pensaba casarse, algo que sale en las noticias de cualquier clase todos los días, no se ve por qué no se puede decir que un hombre está casado con otro, perpetuando así un disimulo que mantiene la invisibilidad, lo que sigue influyendo en que mucha gente vea como anomalía lo que es simplemente diverso.

No hace tantos años que se consideraba a los sordos incapaces mentales por el simple hecho de no hablar, que algunas familias ocultaban a los miembros con síndrome de Down y otras indignidades. El progreso social ha terminado con estas prácticas, pero algunos todavía ven la homosexualidad como algo a ocultar, una mancha inmencionable.

No dejemos que esto siga así, los homosexuales debemos ser los primeros en darnos cuenta de que hablar con naturalidad y publicidad es la mejor arma contra el prejuicio.