viernes, 29 de junio de 2007

Sodomía


Parece que la infame radio de los obispos, ejemplo perfecto de agitación, sectarismo, desinformación e incitación al odio, ha estado haciendo "bromas" sobre la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía a la que han denominado "Iniciación a la Sodomía".

No se puede pedir respeto al tiempo que se insultaEs chusco que los eclesiásticos y sus adláteres reclamen "respeto" y se digan "perseguidos", acusen a los desfiles del orgullo gay de anticatólicos y pongan el grito en el cielo por casi cualquier cosa cuando ellos demuestran tanta mala fe.

La nueva asignatura sólo habla de sexualidad u homosexualidad mínimamente y en un sentido muy general para enumerar las posibilidades humanas y legales. No hay propaganda favorable alguna, a no ser que se entienda por tal el afirmar que la homofobia no es ni liberal, ni democrática, ni decente ni ética.

En cuanto al uso del termino "Sodomía" se hace con toda intención para que suene lo peor posible, ya que está en desuso, es inexacto y nadie sabe bien qué significa, pero tiene connotaciones de delito y vicio.

¿Puede alguien recordarles la bancarrota de una diócesis católica norteamericana, incapaz de pagar las reparaciones por pedofilia?

viernes, 22 de junio de 2007

Obispos inquisitoriales


Mucha gente de mi edad recuerda como a los prelados retrógrados se les denominaba "preconciliares" en la época en que Juan XXIII inició una apertura de la Iglesia Católica que pasó rápidamente y que sólo ha dejado reformas menores. A la vista de la brutal, desmedida y rencorosa reacción de los obispos españoles durante estos días, o de lo mismo en Italia con la abortada discusión sobre derechos para parejas homosexuales, habrá que convenir que, con o sin concilio, una religión que se pretende de amor resulta más bien ser un pozo de odio sin fondo.

La Iglesia Católica ve bien la homofobia. Los obispos españoles llaman descaradamente a la rebelión en contra de una asignatura de Educación Cívica, similar a la que existe en muchos estados democráticos, sobre todo por que en ella se describen los diferentes tipos de orientaciones sexuales y de familia, las leyes que los regulan y se educa en contra de la homofobia. Esto es intolerable para un obispo español y equivale a "desviar la conciencia moral del sujeto". De aquí a decir, como los malvados y ridículos gemelos polacos y su ministro de educación, que la homosexualidad es transmisible y que puede aprenderse en la escuela sólo hay un paso.

Para un obispo español es mejor que no se hable en absoluto de temas de los que ellos sí pueden hablar para condenar, dar sentimiento de culpa y dirigir hacia una "cura" de descargas eléctricas, administrada por algún "psiquiatra" de su elección. También es lógico que los que reconozcan en ellos mismos una sana homofobia la puedan ejercer discriminando, despreciando o dando palizas a homosexuales. La Iglesia Católica siempre ha dicho que la verdad no puede ponerse a la misma altura que el error.

martes, 12 de junio de 2007

El Orgullo


Mi amigo Fermín, que es el paradigma de gay mayor y contradictorio que tanto abunda, me decía el otro día algo que muchos homófobos repiten: "Eso del orgullo gay me parece una tontería: ser gay no es para estar orgulloso ¿acaso somos mejores que los demás?"

La visibilidad no es capricho sino necesidadCierto que no, querido y equivocado Fermín, los gays no somos mejores, pero tampoco peores. Lo del orgullo puede ser discutible, pero sólo en términos semánticos: es una traducción de "Gay Pride", que como tantas cosas es una iniciativa nacida en los Estados Unidos y copiada con gran éxito en el resto del mundo. El término en inglés es un poco menos intenso que en español, pero no me parece que esto sea muy importante. Con él no queremos decir que estamos por encima de nadie, sino que está bien ser como somos, que no nos avergonzamos, que salimos a la luz y que no pedimos, sino que exigimos los derechos que nos corresponden como seres humanos y ciudadanos que pagan impuestos, que no estamos enfermos, ni somos más viciosos o inmorales que los héteros.

No hace mucho tiempo que Fermín decía que los desfiles y la visibilidad no le gustaban "porque así provocamos a los que nos odian". No hay que decir que mi amigo es muy conservador en general y que, aunque él no lo pondría en estos términos, es de los que odian pertenecer a una minoría.

Los que son como Fermín han procurado pasar desapercibidos toda la vida y están contentos con una existencia más o menos esquizófrenica no exenta de paranoias ocasionales, por eso tampoco son conscientes de que muchos de los que les sonríen por delante son de los que más se ríen de ellos por detrás, que su discreción es inútil para desarmar la homofobia y de que la visibilidad es la vía hacia la normalización. Viniendo de donde vienen es explicable, pero sus argumentos provienen del miedo antiguo y de prejuicios sociales muy arraigados y bien interiorizados por el niño que creció para encontrarse gay... Mal de su grado.

jueves, 7 de junio de 2007

Polonia como ejemplo


Resulta indignante y preocupante que un estado miembro de la UE esté dominado por un grupo de ultras obsesos, vengativos y de ideas igual o más reaccionarias que las de D. Aquilino Polaino. Esto demuestra lo siguiente:

  1. Aceptar en bloque a los países del Este sin haber hecho una reforma en profundidad de las instituciones europeas fue un error (bastante previsible). Hay demasiado nacionalismo y fanatismo y tendrían que haber sido obligados a aceptar legislación y reglas de juego más claras y duras
  2. Polonia es un ejemplo de lo que no debe ser aceptable en la UEDonde la Iglesia Católica puede imponer sus criterios no hay ninguna tolerancia, amor al prójimo y aceptación de la diversidad, sino odio, opresión moral y fanatismo religioso.
  3. Los partidos "populares" no van a hacer nada en el parlamento europeo para condenar los evidentes abusos antidemocráticos del gobierno polaco bajo los inefables "gemelos".
  4. Los que tan obsesionados están con la homosexualidad tienen un problema muy serio, ¿qué descubriría un psicoanálisis?