domingo, 5 de julio de 2015

FAMILIA, PROFAMILIA, ANTIFAMILIA

Es patético ver las fotos de la veintena escasa de personas que se manifestaron el día 4 de julio por la mañana en la Plaza de Chamberí de Madrid en pro de la “familia tradicional”, en contra del “matrimonio gay” y a favor de una vuelta al pasado adornada con banderas franquistas.
Soy de los que cree que las multitudes no suplantan las votaciones serias… pero la comparación entre esta exigua, triste y acomplejada  representación y la enorme, alegre y desenfadada fiesta que tuvo lugar por la tarde del mismo día en favor de la igualdad confirma que volver a meter el dentífrico en el tubo sigue siendo imposible.
Se sigue abusando de la palabra “familia”, siempre con tintes reaccionarios, como si los que no comparten un modelo determinado fuesen por lo mismo “antifamilia”, pero antifamilia en puridad no hay nadie… ¿Quién quiere que los individuos permanezcan solos y que los niños se críen en orfanatos? Extrañas utopías como éstas han sido propuestas a veces por filósofos no muy en sus cabales o como parábolas, pero nadie en su sano juicio se las ha tomado nunca en serio o han sido breves y fracasados experimentos.
Hay ideologías que se apropian de conceptos, símbolos y banderas como si les pertenecieran en propiedad y el de “familia” es uno de los más sufridos, pero ¿qué familia? porque los que más acusan a los demás de “redefinir” conceptos encierran el suyo en unos límites tan estrechos que en él solo cabe una estructura patriarcal, obligatoria, básicamente desigual y autoritaria que supone la inferioridad de la mujer, el sometimiento de la prole y la falta de autonomía de todos los miembros del grupo.
En momentos de crisis demográfica evidente ser “antifamilia” no está bien visto, aunque es de pura lógica que la población no puede crecer indefinidamente, pero ¿qué consideran los reaccionarios “profamilia”?
  • Ausencia de educación sexual.
  • Represión sexual.
  • Elevación de la virginidad (femenina) a ídolo
  • Criminalización de la diversidad sexual.
  • Criminalización del aborto.
  • Criminalización del control de natalidad.
  • Matrimonio compulsivo
  • Divorcio imposible o muy caro y difícil.

Todo lo que se salga de esta catálogo de prohibiciones y obligaciones es acusado de ir contra la familia, es decir, contra el concepto que estos señores tienen de la misma y del que otros como libertad, amor, diversidad y autonomía están completamente ausentes.
¿No les parece más bien una caricatura cruel?

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