lunes, 19 de noviembre de 2007

La Compasión


La inigualable iglesia católica española sigue cubriéndose de gloria en sus declaraciones y actitudes, especialmente cuando se trata de homosexualidad. Ahora parece que en los libros de Educación para la Ciudadanía que utilizarán los colegios católicos (no se olvide que subvencionados con dinero de todos, homosexuales incluidos), puesto que se debe tratar de la diversidad sexual, se animará a los alumnos a que “tengan compasión” de los gays y a que traten el asunto con “discreción”.
La compasión es para enfermosEsta es una nueva prueba de la caridad cristiana a la que nuestros eclesiásticos nos tienen acostumbrados. Dado que las leyes ya no penalizan los actos homosexuales y hasta se niegan a discriminar a los que los practican, muy en contra de la voluntad de los obispos, que bien se han movido en contra, hay que dejar claro que los desviados que en ellos caen son dignos de compasión, lo que quiere decir que dan pena.
¿Quién da pena? Los enfermos, infelices y desgraciados en general y no otra cosa pueden ser los que “eligen” hacer determinadas cosas y se niegan a “curarse” como algunos propugnan.
Es de suponer lo que pensarán los pobres alumnos que sientan estas enfermizas tendencias: se callarán con la aconsejada discreción, se sentirán mal, tendrán complejo de culpa y puede que hasta recurran a algún beato matasanos que les trate con descargas eléctricas.
Los que no las sientan se sentirán normales, superiores y magnánimos…. siempre que alguno no desarrolle tal aversión por los anormales que decida que no son dignos ni de respeto ni siquiera de vivir.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Homofobia y Apartheid


Al que fuera premio Nobel de la Paz en 1984 (Desmond Tutu) le preocupa la pobreza y la desigualdad, pero además le irritan las iglesias actuales, las que condenan a los homosexuales, las que no dejan que se ordenen las mujeres y las que no se ocupan de los perseguidos. "¿Qué diablos pasa con las iglesias? ¿Cómo es posible luchar contra el racismo y no contra la homofobia? La orientación sexual no se elige. La homofobia es también una forma de apartheid. Los negros no elegimos ser negros; los homosexuales, tampoco".

De una entrevista en "El País" del 7/11/2007

miércoles, 31 de octubre de 2007

Me gusta la belleza


Esta es una frase de las muchas sin sentido que dice la gente. A todos nos gusta la belleza, lo malo es que ésta, como los gustos, es lo bastante subjetiva como para que algunos se asombren de lo que ellos creen fealdad que les atrae a otros.
La belleza es siempre subjetivaHace pocos días que un concejal de un pueblo de Cataluña emitió una serie de comentarios homófobos entre los que afirmaba no entender cómo a un hombre puede gustarle otro hombre, especialmente si era peludo.
Sin llegar a la homofobia, afirmaciones igual de tontas se emiten por muchos gays que “no entienden” cómo no puede atraer a los demás lo que a ellos les ilusiona. Peor aún, se desprecia lo que no está aprobado como bello y maravilloso por cursis autoerigidos en Petronios de pacotilla y que suele coincidir con modelos publicitarios de belleza convencional, cuando no irreal o manipulada por ordenador.
Esto no sería grave si no hiciera a la gran mayoría de personas que no entran en estos cánones absurdos dudar de su propia valía, retraerse y sufrir. Todos somos atractivos para alguien… si nos aceptamos primero y no caemos en la trampa de perseguir lo imposible.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Edadismo y Realismo


Ageism" es una palabra inglesa que significa discriminar por causa de edad. Supongo que en español se podría adaptar como "edadismo", de modo similar a "sexismo". No suena muy bien, pero a todo se acostumbra uno y es un concepto importante.

En nuestra sociedad hay cada vez más gente mayor y menos jóvenes, pero paradójicamente nunca se ha hecho tanto énfasis en la juventud y en sus características reales o supuestas. Parece que una persona mayor de 45 es inempleable, indeseable, una carga social, a pesar de que la vida media se alarga con una mejor salud.

El "ambiente" discrimina a los mayores. Lo mejor es huir de donde se discriminaEn el entorno gay la discriminación se recrudece aún más porque el "ambiente" está orientado casi exclusivamente al sexo, los ligues y la apariencia externa. Si se hace caso de lo que se oye y se ve, parecería que uno sólo puede ser gay de los 17 a los 27, porque a partir de ese momento, a no ser que se pertenezca a la tribu de los osos, donde se puede llegar a los 37, uno debería retirarse, desaparecer o convertirse en heterosexual.

Esto es evidentemente una de las muchas aberraciones del "ambiente", que aumenta y exagera los prejuicios que tienen algunas personas y que la publicidad y los medios elevan al paroxismo.

Es simplemente falso que a todos les gusten los jovencitos lampiños e imberbes; es una idiotez que lleva a la frustración la idea de que todos los que lo deseen pueden obtener cuerpos perfectos, por mucho gimnasio que se frecuente, y es irresponsable presentar el "estilo de vida" homosexual como una sucesión de fiestas hasta altas horas de la noche, consumo de marcas, consumo de sexo y cultivo de una belleza convencional y forzosamente efímera.

La represión y la falta de modelos han llevado a muchos gays a confundir publicidad con realidad, les ha alejado del afecto y les ha hecho creer en un sueño de juventud eterna, del que despiertan para adentrarse en la pesadilla.

Los gays "viejos" harán bien en cortar su dependencia del "ambiente" si la tienen, reflexionar sobre lo que verdaderamente constituye su felicidad y darse cuenta de que el afecto, el amor, la amistad y la salud son mucho más importantes a la larga y ciertamente menos conducentes a la frustración y la depresión.

miércoles, 10 de octubre de 2007

viernes, 5 de octubre de 2007

El elefante entre la loza



Pocas dudas pueden caberle a nadie ya de que la aventura iraquí de Bush es un desastre sin paliativos, aunque no todos, ni siquiera los críticos, se dan plena cuenta de que tendremos que vivir muchos años con las consecuencias de la mala política del que sin duda es el peor presidente de la gran nación americana hasta la fecha.

Hubiera bastado con escuchar a los expertos o a cualquier mediano conocedor de las complejas realidades del medio oriente para no cometer el error, pero los arrogantes y prepotentes suelen creer, desde sus posiciones de superioridad racial o cultural, que basta con la fuerza y el dinero para solucionarlo todo. Ni Corea ni Vietnam parecen lecciones aprendidas todavía en una potencia que da claros síntomas de debilidad y de falta de realismo.

La invasión de Iraq a desatado la persecución contra los gaysDerribar a un sanguinario tirano local está bien y es fácil, pero hay que saber qué se va a hacer después cómo y con quien. La falta de plan, la desorganización y la ineficacia hijas de la ignorancia han hecho de Iraq la caja de Pandora que ha dejado salir las furias étnicas, religiosas y sociales para crear una situación imposible, dar la hegemonía al también tiránico, pero más peligroso Irán y debilitar a los tambaleantes regímenes prooccidentales de la región.
Menos gente sabe aún que en el desorden de Iraq medran los fanáticos de todo orden que, entre otras opresiones, han decidido perseguir, hostigar o matar a gays y lesbianas, objetivo favorito de cretinos de toda laya, que así se creen más machos y puros. En los tristes tiempos de Saddam los homosexuales podían vivir su vida con discreción, puesto que el régimen no se cuidaba de algo tan secundario, pero en los felices de la supuesta libertad actual son asesinados impunemente por cualquier tonto iluminado.

El símbolo del partido republicano es un elefante. En Iraq es como si el animal hubiera entrado en una tienda de porcelana.

Unos iraquies valientes tienen una web de denuncia AQUÍ

jueves, 27 de septiembre de 2007

Bienvenido "Público"


Tenemos que alegrarnos de la salida de este nuevo diario. Su orientación parece defender nuestros derechos, es fácil de leer, barato y bien presentado. Su página web es gratuita y me he permitido añadir su vínculo en mis recomendados. Viene bien un poco de competencia en la prensa española, demasiado alineada últimamente en grupos de poder y económicos muy cerrados.

Ahmadinejad en Columbia

He aquí a un genio que afirma que "En irán no hay homosexuales como en los Estados Unidos".

Cierto: matan a todos los que encuentran.

miércoles, 26 de septiembre de 2007

Adelanto y atraso


España tiene sin duda una de las legislaciones más avanzadas del mundo en cuanto al reconocimiento e igualación legal de todas las personas LGTB. La reforma del código civil para permitir el matrimonio de personas del mismo sexo con todos los derechos y la ley de identidad de género que permite a los transexuales el cambio de todos los documentos legales, sin que haya sido necesaria la cirugía, son los dos instrumentos más importantes que permiten a todos los ciudadanos, sin distinción de orientación sexual, el ejercicio de sus derechos. Esto es, desde luego, motivo de satisfacción para nuestro colectivo y de legítimo orgullo como españoles.

El peor atraso es el de las personas LGTB que van contra sí mismasSin embargo, no debemos engañarnos respecto a la pervivencia en el seno de nuestra sociedad de mucha desinformación, arraigados prejuicios y minorías homófobas a veces muy influyentes. La jerarquía católica y otros grupos religiosos se siguen tomando estas leyes como insulto personal, como si con ellos se los persiguiera directamente. Hay muchos indicios que muestran que en las fuerzas armadas en general hay aún muchos individuos que siguen practicando el más rancio machismo, pero no sólo en ellas, sino en clubs de fútbol, oficinas, talleres, fábricas y un sinfín de otros lugares. Todo esto es de esperar, puesto que la ley no puede cambiar actitudes muy enraizadas que han gozado del beneplácito social durante mucho tiempo. La situación actual es en parte un regalo que ha hecho el gobierno y sólo en parte también una conquista de la sociedad civil y las organizaciones LGTB.

El atraso peor, sin embargo, es el de muchos gays y lesbianas, especialmente de cierta edad, que aún tienen problemas de aceptación y hasta se pronuncian públicamente en contra de algo que les favorece. También resulta comprensible porque hasta hace muy poco tenían el hábito del secreto y la vergüenza y su práctica sexual no estaba reñida con la hipocresía. Algunos, asustados, todavía creen que se les tolera mejor si son discretos, otros que su identidad reposa sobre un tipo determinado de hedonismo, reñido con el "aburguesamiento" que supone la pareja o el matrimonio. Unos puede que se eduquen con el tiempo, otros no tienen remedio y lo mejor es ignorarlos.

martes, 4 de septiembre de 2007

A vueltas con la hipocresía


Resulta chocante que a estas alturas haya todavía policías en los Estados unidos dedicados a "cazar" homosexuales en los aseos públicos o semi públicos. Las puritanas leyes de aquel país persiguen la "indecencia" en lugares en los que se supone que puede haber personas susceptibles de sentirse "amenazadas": se supone que heterosexuales indefensos y niños que, como bien se asusta, son las víctimas preferidas de cualquier depredador sexual. Por supuesto que esto no es más que hipocresía, ya que los que buscan ligar en algún aseo son en nuestros tiempos, con contadas excepciones, personas muy apuradas, frecuentemente en el armario, casados, respetables y con muchísimo miedo, además de que por lugar y circunstancias se deben limitar a algo rápido y, desde luego, plenamente consensuado.

Esta vez las malas leyes se aplican a quien las haceResulta también chocante y risible que uno de estos policías se haya encontrado con que uno de éstos era nada menos que todo un senador de los Estados Unidos que, además, pertenece al Partido Republicano y se ha distinguido por su posición contraria a todos los derechos de los gays.

La "amenaza" gay es por supuesto un pretexto canalla aducido por personas que quieren justificar así sus prejuicios, pero parece justicia divina que un vocal representante de los que tanto nos atacan haya sido descubierto como un perfecto hipócrita y, una vez más, como demostración de que los que más gritan son los menos de fiar.

domingo, 29 de julio de 2007

No es necesario ser queridos


Algunos de mis amigos se desaniman a menudo porque, al tiempo que aumentan globalmente los derechos de los gays, parecen crecer las agresiones, el fanatismo y las reacciones en contra. "Nos toleran de mala gana, pero no nos quieren", dicen.

Creo francamente que no nos debe importar si nos quieren o no. Mucha gente tiene aún arraigados prejuicios contra los africanos, otros odian a los musulmanes y hay quien teme a los rusos o a los chinos. Todos podemos descubrir en nuestro interior, aunque hagamos muchos esfuerzos por evitarlos, restos de desconfianza o disgusto al enfrentarnos a determinados individuos o situaciones que nos desagradan. Sin embargo, la mayoría de la gente, incluyendo no pocos racistas, ponemos mucha atención en actuar de forma que no se note lo que realmente sentimos o pensamos. En algún caso puede que se tema a las leyes, pero en la mayor parte de las ocasiones se actúa bien hipócritamente porque en los países occidentales modernos es socialmente inaceptable hacerlo de otro modo.

No hay que buscar el aprecio sino luchar por derechos y porque éstos sean reconocidos"Obrar como si" equivale a "obrar como". Por eso es tan importante airear verdades científicas y discusiones serias sobre orientación sexual, la básica igualdad de la raza humana o la certeza probada de la evolución de las especies, al tiempo que se continúa la lucha por el mantenimiento de la separación entre iglesias y estado, por los derechos humanos y civiles y por las demás libertades que se garantizan en los estados democráticos. Toda minoría tiene que ser consciente de que necesita organización, aliados y objetivos para ser reconocida como tal y estar en igualdad de condiciones con el común de los ciudadanos.

Sólo los fanáticos niegan hoy que el sexo, la raza o la orientación sexual son simplemente características individuales que no justifican persecución o discriminación. La difusión de esta idea en la sociedad y las leyes que de ella se derivan son lo que importa. Puede que el hábito y el roce hagan que más gente nos mire con cariño o indiferencia, pero esto no es ni urgente ni totalmente necesario.

Recordemos que la violencia y el fanatismo han existido siempre. Hoy se denuncian más casos de agresión o discriminación, pero es evidente que ambos pueden estar aumentando por una razón muy simple: los gays hoy día son visibles y mucha gente sabe de ellos. Hasta no hace tanto mucha gente podía creer que los homosexuales eran sólo unas pocas "locas". El descubrimiento de que son bastantes más de los que ellos pensaban y que, además, no se diferencian nada de los "normales" puede producir un pánico irracional en gentes igualmente irracionales. Una de las acusaciones que más se utilizó en la antigüedad contra los judíos era que "no se diferenciaban en apariencia de los demás", con la idea de que una minoría despreciada de "infieles" debería haber tenido alguna marca divina que mostrara su intrínseca maldad. De aquí las frecuentes leyes que los obligaban a llevar ropas o signos distintivos y que tan bien copiaron los infames verdugos nazis modernos.

Siempre deberemos luchar para que no nos marquen

viernes, 29 de junio de 2007

Sodomía


Parece que la infame radio de los obispos, ejemplo perfecto de agitación, sectarismo, desinformación e incitación al odio, ha estado haciendo "bromas" sobre la nueva asignatura de Educación para la Ciudadanía a la que han denominado "Iniciación a la Sodomía".

No se puede pedir respeto al tiempo que se insultaEs chusco que los eclesiásticos y sus adláteres reclamen "respeto" y se digan "perseguidos", acusen a los desfiles del orgullo gay de anticatólicos y pongan el grito en el cielo por casi cualquier cosa cuando ellos demuestran tanta mala fe.

La nueva asignatura sólo habla de sexualidad u homosexualidad mínimamente y en un sentido muy general para enumerar las posibilidades humanas y legales. No hay propaganda favorable alguna, a no ser que se entienda por tal el afirmar que la homofobia no es ni liberal, ni democrática, ni decente ni ética.

En cuanto al uso del termino "Sodomía" se hace con toda intención para que suene lo peor posible, ya que está en desuso, es inexacto y nadie sabe bien qué significa, pero tiene connotaciones de delito y vicio.

¿Puede alguien recordarles la bancarrota de una diócesis católica norteamericana, incapaz de pagar las reparaciones por pedofilia?

viernes, 22 de junio de 2007

Obispos inquisitoriales


Mucha gente de mi edad recuerda como a los prelados retrógrados se les denominaba "preconciliares" en la época en que Juan XXIII inició una apertura de la Iglesia Católica que pasó rápidamente y que sólo ha dejado reformas menores. A la vista de la brutal, desmedida y rencorosa reacción de los obispos españoles durante estos días, o de lo mismo en Italia con la abortada discusión sobre derechos para parejas homosexuales, habrá que convenir que, con o sin concilio, una religión que se pretende de amor resulta más bien ser un pozo de odio sin fondo.

La Iglesia Católica ve bien la homofobia. Los obispos españoles llaman descaradamente a la rebelión en contra de una asignatura de Educación Cívica, similar a la que existe en muchos estados democráticos, sobre todo por que en ella se describen los diferentes tipos de orientaciones sexuales y de familia, las leyes que los regulan y se educa en contra de la homofobia. Esto es intolerable para un obispo español y equivale a "desviar la conciencia moral del sujeto". De aquí a decir, como los malvados y ridículos gemelos polacos y su ministro de educación, que la homosexualidad es transmisible y que puede aprenderse en la escuela sólo hay un paso.

Para un obispo español es mejor que no se hable en absoluto de temas de los que ellos sí pueden hablar para condenar, dar sentimiento de culpa y dirigir hacia una "cura" de descargas eléctricas, administrada por algún "psiquiatra" de su elección. También es lógico que los que reconozcan en ellos mismos una sana homofobia la puedan ejercer discriminando, despreciando o dando palizas a homosexuales. La Iglesia Católica siempre ha dicho que la verdad no puede ponerse a la misma altura que el error.

martes, 12 de junio de 2007

El Orgullo


Mi amigo Fermín, que es el paradigma de gay mayor y contradictorio que tanto abunda, me decía el otro día algo que muchos homófobos repiten: "Eso del orgullo gay me parece una tontería: ser gay no es para estar orgulloso ¿acaso somos mejores que los demás?"

La visibilidad no es capricho sino necesidadCierto que no, querido y equivocado Fermín, los gays no somos mejores, pero tampoco peores. Lo del orgullo puede ser discutible, pero sólo en términos semánticos: es una traducción de "Gay Pride", que como tantas cosas es una iniciativa nacida en los Estados Unidos y copiada con gran éxito en el resto del mundo. El término en inglés es un poco menos intenso que en español, pero no me parece que esto sea muy importante. Con él no queremos decir que estamos por encima de nadie, sino que está bien ser como somos, que no nos avergonzamos, que salimos a la luz y que no pedimos, sino que exigimos los derechos que nos corresponden como seres humanos y ciudadanos que pagan impuestos, que no estamos enfermos, ni somos más viciosos o inmorales que los héteros.

No hace mucho tiempo que Fermín decía que los desfiles y la visibilidad no le gustaban "porque así provocamos a los que nos odian". No hay que decir que mi amigo es muy conservador en general y que, aunque él no lo pondría en estos términos, es de los que odian pertenecer a una minoría.

Los que son como Fermín han procurado pasar desapercibidos toda la vida y están contentos con una existencia más o menos esquizófrenica no exenta de paranoias ocasionales, por eso tampoco son conscientes de que muchos de los que les sonríen por delante son de los que más se ríen de ellos por detrás, que su discreción es inútil para desarmar la homofobia y de que la visibilidad es la vía hacia la normalización. Viniendo de donde vienen es explicable, pero sus argumentos provienen del miedo antiguo y de prejuicios sociales muy arraigados y bien interiorizados por el niño que creció para encontrarse gay... Mal de su grado.

jueves, 7 de junio de 2007

Polonia como ejemplo


Resulta indignante y preocupante que un estado miembro de la UE esté dominado por un grupo de ultras obsesos, vengativos y de ideas igual o más reaccionarias que las de D. Aquilino Polaino. Esto demuestra lo siguiente:

  1. Aceptar en bloque a los países del Este sin haber hecho una reforma en profundidad de las instituciones europeas fue un error (bastante previsible). Hay demasiado nacionalismo y fanatismo y tendrían que haber sido obligados a aceptar legislación y reglas de juego más claras y duras
  2. Polonia es un ejemplo de lo que no debe ser aceptable en la UEDonde la Iglesia Católica puede imponer sus criterios no hay ninguna tolerancia, amor al prójimo y aceptación de la diversidad, sino odio, opresión moral y fanatismo religioso.
  3. Los partidos "populares" no van a hacer nada en el parlamento europeo para condenar los evidentes abusos antidemocráticos del gobierno polaco bajo los inefables "gemelos".
  4. Los que tan obsesionados están con la homosexualidad tienen un problema muy serio, ¿qué descubriría un psicoanálisis?

sábado, 26 de mayo de 2007

Amor y Apariencia


Nadie puede vivir siempre sin amor o, al menos, la ilusión de tenerlo, pero no siempre es clara la diferencia entre amor y deseo; yo diría que en la juventud, entre las hormonas y la falta de experiencia, se cometen muchos errores de idealización de este género. El amor de verdad no puede surgir del flechazo, de unas cuantas entrevistas o de unas pocas relaciones sexuales, sino de la frecuentación y la compenetración física y mental.

No se puede decir que se busca amor cuando sólo se quiere satisfacer un morboEs normal que la primera atracción hacia alguien se produzca por la apariencia externa y, como sobre gustos no hay nada escrito, pueden atraer personas muy diferentes en aspecto, edad y actitud. Sin embargo, condicionar la aparición del amor al hallazgo del tipo humano cuasi perfectamente coincidente con algún morbo particular supone ponerse de antemano grandes dificultades, especialmente si lo que gusta es el tipo joven, atlético y de belleza de modelo de Armani.

Hay bastantes gays incapaces de tener pareja duradera a lo largo de su vida porque los efebos que les hacen caso tienen la mala costumbre de envejecer, o porque la perfección externa oculta un interior insatisfactorio. Con la edad, la dificultad se convierte en práctica imposibilidad.

Si estas personas no pueden verdaderamente renunciar a su morbo en estado puro, es mejor que se resignen al sexo ocasional y/o mercenario, pero que no esperen milagros de amor, aunque en realidad yo no creo que estas personas tan extremadamente condicionadas por sus gustos verdaderamente lo esperen. Hay muchos héteros de todas las edades, solteros, casados, divorciados y viudos que sólo salen y que hasta se casan con jovencitas que podrían ser sus hijas y nietas, con resultados generalmente catastróficos en lo económico y en lo sentimental, en los casos en que el maduro espera sinceridad afectiva.

El amor debe tener un objeto, pero hay muchos que buscan sólo objetos.

jueves, 24 de mayo de 2007

Hombres solos


Muchos hombres maduros españoles han tenido y tienen ciertos problemas para darse cuenta de si la vida que hacen es la que les conviene o la que les han dictado las circunstancias.

Los que crecieron y vivieron en una sociedad como la española de hace 30 años se enfrentaron a un machismo y una homofobia no muy diferentes de los que tenían que padecerse en otros países, pero en España se daban dos agravantes: un ambiente autoritario que sólo gradualmente se fue relajando y una familia de tipo mediterráneo, es decir, protectora, amante y cálida, pero también absorbente, autoritaria y pronta al chantaje emocional. Por razones económicas y culturales no era tan fácil independizarse de la familia para un gay en la España de 1980 como en Francia o los Estados Unidos.

Hay solterías impuestas por la sociedad y los prejuiciosLa consecuencia era que, mientras la familia y la sociedad en general podían ser muy tolerantes con un "soltero" que salía a "divertirse" y podían hacer como que no veían (aunque generalmente lo veían muy bien), eran muy intolerantes con un homosexual que se enamoraba de otro y con el que pretendía poner casa. Parientes y vecinos podían ejercer una presión psicológica insoportable para muchos.

No es tan raro, pues, que para muchos gays de edad haya sido normal el ligue o relaciónes más o menos duraderas, pero siempre a distancia, sin convivencia y sin estímulos para hacerlas durar. Más bien lo contrario. Por eso hay también no pocos que están convencidos de que el estilo de vida gay excluye las relaciones de pareja, por no hablar del matrimonio y adornan su actitud con un perfume bohemio y transgresor, alejado de los "convencionalismos del matrimonio burgués".

Dado que en todo el resto de sus vidas estas personas son tan convencionales o más que los demás, es lícito dudar de semejante convicción, especialmente cuando más allá de los 50 se encuentran solos, no siempre felices y con muchas dificultades para encontrar parejas ocasionales que no sean de pago. Todos hemos visto figuras patéticas que buscan lo imposible en los lugares de ambiente y conocemos amigos deprimidos que no saben en qué punto se les acabó la cuerda.

La soltería permanente es una opción tan buena como todas las demás, siempre que sea de verdad libremente elegida y que se sea consciente de sus posibles problemas, pero esto no ha sido siempre así para los gays de cierta edad y.... Aunque les resulte increíble, hay soluciones para ello, siempre que reconozcan que están solos por obligación y autoengaño y no por gusto.

De las posibles soluciones hablaremos en otros posts.

miércoles, 23 de mayo de 2007

Identidades


Son muchos los que en esta época de globalización imparable dan una gran importancia a las identidades, especialmente a las nacionales. Hasta Sarkozy, nuevo presidente de Francia, se ha propuesto "defender" la de un país que no lo necesita, lo que me hace temer una serie de definiciones molestas, al modo de la España franquista o de nuestros pesados nacionalismos locales, que tanto se le parecen.

No se puede dejar de ser algo que ciertamente se es.Yo me acuerdo muy bien de que los que no entraban en las estrechas categorías diseñadas por los pobres ideólogos nacional-católicos eran la "anti-España", puesto que al no poder ser otra cosa y no ser considerados "puros" españoles, tenían que pertenecer a alguna clase de enemigo diabólico, es decir, ser parte de la conspiración judeo-masónica contra la España eterna, definida para siempre por D. Marcelino Menéndez y Pelayo.

Eterno (recuérdese que significa sin principio ni fin) no hay nada, al menos entre los humanos, y las identidades, como todo, están sujetas a cambios y ajustes, pero en general el extraño las percibe con una claridad (o simplicidad) que a veces no tiene el propio: un español exiliado de la guerra civil en la Francia de 1950 era español como todos los demás, aunque para los franquistas no lo fuera en los debidos términos. Un vasco, aunque no hable euskera y vote al PP, es un vasco para todos los habitantes del universo, por mucho que no quieran los amigos de la pistola y la gasolina.

Por eso también resulta algo patético que algunos homos, especialmente de edad, sigan resistiendose a lo que ellos llaman "clasificaciones" y pretendan considerarse como algo especial y fuera de la norma. Hoy día para los héteros todos los homos son "gays" y, aunque uno pueda tener sus reservas respecto a la palabra y su uso indiscriminado, resulta un término cómodo y comunmente aceptado para referirse a los que se orientan sexual y afectivamente hacia su propio sexo sin connotaciones peyorativas.

Sensu contrario, tampoco puede uno perderse normalmente en las nebulosas de las teorías queer y del construccionismo social, que están muy bien para disquisiciones académicas, pero que carecen de interés para la mayoría, y definir que es lo gay exactamente. Puede que los griegos antiguos no fueran "gays" en el sentido actual del término, pero su comportamiento los identifica como tales para casi todos los modernos que saben de ello.

Con pluma o sin ella, con tipo de Adonis o de oso, jóvenes o viejos todos somos gays, tanto para los que nos aman o nos toleran como para los homófobos y eso no hay que olvidarlo. Discriminar a los que no son exactamente como nosotros por pluma, aspecto, edad, comportamiento o ideas equivale a querer definir teórica o prácticamente la identidad gay en términos tan restrictivos como inaceptables.

Las identidades, por otra parte, son múltiples y no exclusivas: no se puede ser sólo gay y explicar toda la vida por ello, al modo que pretenden los fanáticos del terrorismo, del nacionalismo o del integrismo religioso con sus identidades, tan sumamente bien definidas en sus retorcidas mentes. Pero atención, tampoco se puede por elección propia "dejar de ser" algo que ciertamente se es, porque es una de nuestras circunstancias y ciertamente no la menos importante.

viernes, 18 de mayo de 2007

Armarios


Hay muchos gays de más de 50 años que siguen metidos en su armario. Éstos son de muchas clases y tienen las puertas desde completamente cerradas a casi abiertas, pero todos son ahogantes y al final insanos. No se puede forzar a nadie a salir del armario, porque hay quien se siente hasta cierto punto mejor en él y tiene un miedo insuperable del mundo exterior. Pero hay que explicar que los armarios dan una falsa sensación de seguridad, que no son una verdadera defensa contra un ataque decidido y que el mundo exterior puede ser hostil, pero que no se está solo, que se puede luchar con más gente y acabar obteniendo un respeto que nunca se consigue con la ocultación vergonzante.

Es comprensible que muchas personas mayores, que crecieron en medio de la homofobia y el machismo, hayan tomado precauciones que han llegado a convertirse en una segunda naturaleza, pero todos debemos examinarnos cuidadosamente para ver hasta que punto participamos de los prejuicios que nos inculcaron.

Muchos de los que siguen en el armario están en él porque sienten vergüenza de sí mismos y se encuentran incómodos con los gays que lo muestran francamente. Aunque ni siquiera se dan cuenta, se consideran de algún modo inferiores y desean asimilarse, ser "normales", lo que les puede impulsar a cometer graves errores, como casarse con una mujer a la que no desean y no pueden verdaderamente amar y a la que convierten en víctima inocente de su miedo en un matrimonio destinado al fracaso.

En el pasado podían excusarse muchas cosas que hoy día no son fáciles de comprender, pero intentemos de todos modos ser comprensivos con los armarizados, porque también son víctimas de la homofobia. Comprensión no quiere decir, sin embargo, que no tengamos que hablarles claro cuando así conviene.

Hace muchos años conocí a un hombre casado de los muchos que rondan por saunas y otros lugares de sexo anónimo y sin compromiso. Nunca iba a bares ni sitios claramente gays y había tenido una relación de cierta duración con otro armarizado que aceptaba su papel de "la otra", con irregulares polvos de antes de las 7, para poder estar en casa con la familia a las 9 a más tardar.

El sujeto en cuestión parecía muy orgulloso de su conducta y repetía con frecuencia eso de "a mí no se me nota", mirándonos a los demás con una cierta expresión de lástima. Decía querer mucho a sus hijos, pero hablaba pestes de su mujer, con la que vivía una separación de hecho en la misma casa, esmaltada de silencios, peleas ocasionales y mutua desconfianza. Tenía opiniones sobre todo, muy conservadoras en general, y un día en que se discutía algo relativo a educación explicó el porqué había enviado a sus hijas a un colegio de monjas, lo contento que estaba de que su hijo mayor tuviera novia para casarse y más cosas de este caletre, hasta que llevado por la emoción de su propio éxito dejo caer:

-Vosotros no podéis sentir lo mismo que yo porque no tenéis hijos y estáis contentos de ser como sois, pero yo... yo he escogido ser más hombre.

El individuo se llevó una gran sorpresa cuando uno de los presentes le contestó con mucha frialdad, pero con frases bien hirientes y precisas lo que verdaderamente pensábamos de él, lo que animó a otros a seguir por el mismo camino. No pondré aquí lo que entonces se le dijo porque es bastante claro. ¿Qué le hubieran dicho ustedes?

jueves, 17 de mayo de 2007

Jerry Falwell


El día 15 de Mayo pasó a mejor vida (según él) un anciano muy desagradable que llevaba este nombre, y que se ha distinguido por su constante y feroz homofobia. Pertenecía a un género de fundamentalismo protestante que ni abunda ni es muy influyente en Europa, pero que lleva muchos años de éxito en los Estados Unidos a través de los medios de comunicación y el fenómeno llamado de los "telepredicadores". Su estilo, exagerado e incendiario prometía el infierno a diestro y siniestro, especialmente a los homosexuales, contra los que se dirigían a menudo sus campañas.

Este es uno de esos señores tan fariseos que se consideran moralmente superiores y que repiten condenaciones de algo que les parece malo por el solo hecho de que a ellos no les gusta, repiten leyendas y originan infundios, sin hacer caso de opiniones informadas ni ver la realidad que se les presenta a la vista.

Los que ahora tengan más de 50 sin duda se han encontrado muchos parecidos, aunque no fueran ni tan influyentes ni tan famosos. Yo todavía recuerdo un crimen famoso en el Madrid de los años 50: un anticuario (profesión sospechosa) había sido asesinado a puñaladas en su tienda, supongo que para robar, aunque no me acuerdo muy bien de los detalles. Un conocido de mi familia que se comía los santos, cuando se comentó el crimen dio su opinión en unos términos:

-¡Tantas puñaladas! ¡Y en el estómago! Sin duda que es un crimen propio de maricas.

Nada demuestra mejor las claras ideas que algunos han tenido y aún tienen sobre lo que es la homosexualidad.

martes, 15 de mayo de 2007

Generaciones


La edad no es un simple número para los gays: no tiene nada que ver la sociedad en la que crecimos los mayores, cuando los diccionarios explicaban la palabra homosexualidad como perversión, desviación, vicio y otras lindezas semejantes, con la actual en la que cada vez más gente considera la orientación sexual como un dato a añadir a otros.

El caso es que algunos mayores que leyeron y oyeron tantas cosas negativas no se dan cuenta de que llegaron a creérselas y que, consciente o inconscientemente, piensan y obran todavía influidos por conceptos tan trasnochados como dañinos. A veces aún sienten vergüenza, a veces rabia, otras veces se niegan a aceptar ciertas realidades o a pedir ayuda... "¿a mi edad?", se dicen. Pero nunca es tarde si la dicha es buena.

Franco Zefirelli, amante de Visconti en su juventud y loca insigne con ribetes de cursi, está sacado del armario hace muchos años, aunque mal de su grado porque a él no le gusta que le clasifiquen, le molesta la palabra gay y le horroriza la posibilidad de registrar una relación o casarse con otro hombre porque es una vulgaridad y le parece que no puede haber una familia sin mamma típica italiana. Por eso vota a la reaccionaria Forza Italia de Berlusconi y manda su apoyo al Family Day (así en inglés), es decir a la manifestación "espontánea" en contra del DICO (ley italiana de parejas de hecho).

Todos conocemos a más de un Franco en nuestro entorno: hagamos lo posible porque visiten al psiquiatra para su felicidad y la nuestra.

lunes, 14 de mayo de 2007

Obsesión


Coincidiendo con la visita de Benedicto XVI a Brasil, se ha vuelto a convocar en Roma una de esas supermultitudinarias y superorganizadas manifestaciones que tanto les gusta convocar a quienes pierden elecciones. ¿El pretexto? LA DEFENSA DE LA FAMILIA, directamente amenazada por la timidísima ley de parejas de hecho propuesta por el gobierno de Romano Prodi, político tímido e ineficaz como pocos y católico muy practicante.

En esto de barrer para adentro siempre hay maestros en relacionar el culo con las témporas y la velocidad con el tocino. Que yo sepa, la familia sigue existiendo en todos aquellos lugares en los que existen leyes parecidas y mucho más avanzadas.

El problema es, claro, que esta ley permite adquirir ciertos derechos (pocos) a parejas del mismo sexo, que así no tienen que recurrir a un largo y costoso peregrinar por notarios y abogados para que, simplemente, se le deje a uno visitar al otro en el hospital, por ejemplo, sin incurrir en las iras y prohibiciones de alguna monja recalcitrante, de las que tanto abundan en Italia.

Reconocer a los gays como seres humanos normales con los mismos sentimientos no entra en los proyectos del Vaticano: uno debe reconocerse como desviado, hacer penitencia y/o someterse a descargas eléctricas de las que recomienda D. Aquilino Polaino para ser "normal", lo que según parece incluye una mente retorcida y excluye cualquier clase de comprensión.

En un mundo con tantos problemas y desafíos parece que el sexo, especialmente el homosexo, sigue siendo el único problema de la religión que algunos consideran única verdadera y de otras similares, lo que resultaría ridículo, si no siguiera causando la infelicidad de tantos que no comulgan con estas ideas.

domingo, 13 de mayo de 2007

Presentación


Somos muchos los gays de 50 a 100 años, como mi admirado Sir Derek Jacobi, a quien vemos a la izquierda, pero para el "ambiente" y para la gran mayoría de los menores de 40 simplemente no existimos. Somos tan transparentes que ni siquiera las revistas especializadas y las páginas webs españolas se ocupan demasiado de nosotros, aparte alguna reflexión conmiserativa para quedar bien.

Esto solo demuestra que somos iguales a los demás ancianos héteros, a los que una sociedad y una publicidad obsesionadas con la juventud, la belleza, la delgadez, el coche y Paris Hilton suelen ignorar o disminuir cuando les conviene.

Pero nosotros sabemos que existimos, que somos muy reales y que tenemos problemas como todo el mundo: pareja, dinero, familia, salud, sexo y residencia de la tercera edad, aunque estas dos últimas cosas no siempre puedan ponerse juntas.

Se me ha ocurrido empezar un blog con mis ideas, experiencias y consejos tanto para mayores como para pequeños interesados en saber cómo vivimos los mayores que no pensamos que la edad es un problema en sí y que no estamos obsesionados con todas esas cosas, especialmente con la estúpida Paris Hilton.

Bienvenidos, pues, todos los que leáis mis ocurrencias también a poner las vuestras, con una advertencia: lenguaje comedido y buenas maneras, que de algo tiene que servir el haberse librado de los impulsos juveniles.