lunes, 27 de junio de 2011

Un paso de gigante


La reciente aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en el Estado de Nueva York, pocos días después de que la ONU aprobara su ya famosa resolución exhortando al respeto de los homosexuales en el mundo, demuestra varias cosas:


  • Existe un consenso científico, político y social cada vez más mayoritario de que la homosexualidad es una variable humana minoritaria y no una perversión moral o una condición patológica.
  • Los individuos y organizaciones que se oponen a la igualdad de derechos de los homosexuales lo hacen por razones confesionales y sectarias, sin que puedan aducir razón alguna que demuestre que el respeto por la diversidad es dañino para la sociedad.
  • Las iglesias y organizaciones que se oponen a la igualdad han perdido considerable legitimación e influencia social.

Nueva York es un escalón muy importante en los Estados Unidos y en todo el mundo, por la significación cultural y económica del estado y de la ciudad. Si, como es de esperar, acaba prosperando en California la deslegitimación de la retrógrada "Proposición 8" por anticonstitucional, los dos estados más significativos, ricos y poblados del país demostrarán que se trata, allí como en todo el mundo, del enfrentamiento entre progreso social y atraso, de ciencia contra creencia y de apertura de mente contra prejuicios.

La batalla política y mediática no debe confundir, sin embargo. Hay quien piensa que se trata solo de una batalla de principios, pero no hay que olvidar que es mucho más una lucha desesperada por parte de organizaciones que gozan de privilegios importantes, entre ellos el de arrogarse monopolios morales con los que vienen beneficios económicos, que una posición desinteresada y ética. La igualdad no amenaza la fe individual de alguien, por muy fanática que sea, y tampoco obliga a nada en particular, de aquí que las acusaciones que se lanzan en este sentido sean todas falsas y malintencionadas.

Hay aún mucho camino que recorrer, pero la marea se va volviendo poco a poco en favor de la razón y en contra de posiciones que aparecen cada vez más desfasadas y fuera de la realidad social.

viernes, 17 de junio de 2011

Un paso adelante

Tras años de tentativas, el Consejo de los Derechos Humanos dio ayer el primer paso de calado para que se protejan los derechos de los homosexuales. Naciones Unidas proclamó "tolerancia cero" contra la cualquier tipo de discriminación o violencia por motivos de orientación sexual, y pidió a los países miembros que actúen para poner fin a estos abusos.
La resolución, calificada de "histórica", contó con el apoyo de 23 países que integran este órgano de la ONU, incluido EE UU, los miembros de la Unión Europea, los estados Latinoamericanos y Brasil. Los 19 votos en contra llegaron de países africanos y árabes, que consideran que antes debía haberse acordado una definición sobre lo que se entiende por "orientación sexual". (Noticia de “El País, 17 de junio de 2011).  


No hay que echar las campanas al vuelo, porque una “recomendación” de la ONU no es ni vinculante ni será escuchada en estados y sociedades oscurantistas, pero por primera vez se reconoce que cualquier discriminación antihomosexual es justamente eso: oscurantista, anticientífica, cruel y falta de humanidad.
 
No es raro que las jerarquías religiosas más intolerantes, entre las que se encuentra el Vaticano, hayan intentado impedirlo por todos los medios, puesto que socava la irracionalidad de la moral que intentan imponer, según la cual la homosexualidad es mala por prohibida en sus viejas escrituras sagradas, sin ninguna consideración por la realidad, ya que los argumentos con aspecto de seculares que se aducen, son siempre religiosos con disfraz, cuando no machistas o envueltos en mentiras.
 

Hay aún un largo camino que recorrer, pero a partir de ahora será más difícil negar lo evidente, que cualquier discriminación o persecución de la orientación sexual es tan mala como la persecución de personas por su color de piel o sus creencias religiosas.... por muy absurdas que sean estas.

lunes, 13 de junio de 2011

Algo evidente

No conozco ningún héterosexual verdadero que sienta excesiva curiosidad o gran odio por la homosexualidad. La mayor parte de ellos piensan en ella muy pocas veces y no pierden el tiempo en algo que no les afecta. Una vez que han oído a los investigadores serios afirmar que los homosexuales no son pedófilos, violadores o gentes peligrosas y, más aún, cuando han conocido a unos pocos de carne y hueso y visto que son como todo el mundo, pueden considerar que no es algo de su gusto, pero ni les quita el sueño ni afecta a sus sentimientos.

Siempre he considerado sospechosos, sin embargo a todos los personajes que condenan constantemente la homosexualidad y la tratan como un problema mayor de la sociedad a aún de la civilización. Aduzcan motivos religiosos (la mayoría) o de otra clase, nos encontramos ante personas cuya excesiva atracción al tema solo puede derivar de pulsiones reprimidas. Hay un corto camino del amor al odio y me parece que en muchos casos estamos ante individuos que se sienten atraídos a algo que creen que deberían rechazar.

Un estudio no muy reciente, cuyo resumen puede verse aqui, descubrió que muchos homófobos se sentían particularmente excitados por la pornografía gay, aunque normalmente negaban cualquier inclinación homosexual. Nada más lógico si bien se piensa porque ¿qué le puede importar a un hombre al que gustan mucho las mujeres que haya otros que no se interesen ni por ellas ni por él?

No es extraño que algunos de estos homófobos recalcitrantes hayan sido sorprendidos haciendo lo que quieren prohibir.

jueves, 9 de junio de 2011

Una terapia que lleva al suicidio



En este video pueden apreciarse las terribles consecuencias de una "terapia" aplicada para "curar" la homosexualidad. El sujeto fue sometido a una educación brutal para eliminar su "afeminamiento" desde los cinco años. Se suicidó a los 38, después de una vida solitaria.

Lo más indecente es que su "terapeuta", George Rekers, fue sorprendido hace un año con un chapero profesional, aunque según él decía, le había contratado solo para que le llevara las maletas.