lunes, 11 de febrero de 2008

Sin Caretas


Poco han durado las ambigüedades del PP a la hora de respetar los avances conseguidos en derechos LGTB en esta tormentosa legislatura. Dado que hay que contentar a la caverna y obedecer a los dictados de unos eclesiásticos retrógrados, ya se anuncian las rebajas: unión civil en vez de matrimonio e imposibilidad de adoptar. Esto que se sepa, porque es muy probable que haya más cosas que ahora no se dicen, pero que luego se hacen alterando puntos, comas y reglamentos.
Homofobia renovadaSe ve aquí no sólo la deriva hacia posiciones cada vez más derechistas, sino la falta de respeto por muchos ciudadanos españoles a los que se considera como de segunda clase, cuando no enfermos, o ridículos.
No estamos hablando de políticas sociales o económicas discutibles u opinables, sino de derechos básicos que se van a volver a negar en base a las afirmaciones irracionales, acientíficas y sectarias de creencias religiosas que se imponen también a los que no las comparten.
Votar por esta opción es como votar por un partido que propugnara la discriminación por color de piel, por la fe que se profesa o por ser hombre o mujer; es votar por el nacional-catolicismo.