sábado, 26 de mayo de 2007

Amor y Apariencia


Nadie puede vivir siempre sin amor o, al menos, la ilusión de tenerlo, pero no siempre es clara la diferencia entre amor y deseo; yo diría que en la juventud, entre las hormonas y la falta de experiencia, se cometen muchos errores de idealización de este género. El amor de verdad no puede surgir del flechazo, de unas cuantas entrevistas o de unas pocas relaciones sexuales, sino de la frecuentación y la compenetración física y mental.

No se puede decir que se busca amor cuando sólo se quiere satisfacer un morboEs normal que la primera atracción hacia alguien se produzca por la apariencia externa y, como sobre gustos no hay nada escrito, pueden atraer personas muy diferentes en aspecto, edad y actitud. Sin embargo, condicionar la aparición del amor al hallazgo del tipo humano cuasi perfectamente coincidente con algún morbo particular supone ponerse de antemano grandes dificultades, especialmente si lo que gusta es el tipo joven, atlético y de belleza de modelo de Armani.

Hay bastantes gays incapaces de tener pareja duradera a lo largo de su vida porque los efebos que les hacen caso tienen la mala costumbre de envejecer, o porque la perfección externa oculta un interior insatisfactorio. Con la edad, la dificultad se convierte en práctica imposibilidad.

Si estas personas no pueden verdaderamente renunciar a su morbo en estado puro, es mejor que se resignen al sexo ocasional y/o mercenario, pero que no esperen milagros de amor, aunque en realidad yo no creo que estas personas tan extremadamente condicionadas por sus gustos verdaderamente lo esperen. Hay muchos héteros de todas las edades, solteros, casados, divorciados y viudos que sólo salen y que hasta se casan con jovencitas que podrían ser sus hijas y nietas, con resultados generalmente catastróficos en lo económico y en lo sentimental, en los casos en que el maduro espera sinceridad afectiva.

El amor debe tener un objeto, pero hay muchos que buscan sólo objetos.

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