viernes, 17 de octubre de 2014

HISTERIA

Las sociedades modernas son tan propensas a la histeria como a buscar inmediatamente culpables para las causas de la misma, desde un ciclón a una inundación pasando por una pandemia. Gobernantes y otros responsables demuestran su fuste cuando responden con coherencia, sin escurrir el bulto y sin dejarse ganar también ellos por la histeria.

La "Crisis del Ébola", originada por esta enfermedad, pero muy lejos de ser una verdadera crisis, ha sido el ejemplo perfecto de cómo NO tratar un tema delicado, pero mucho menos amenazante en Europa o Norteamérica que en los pobres países africanos a los que realmente castiga. Un país con buenos hospitales modernos, higiene y alcantarillado no es muy propenso a desarrollar miles, ni siquiera cientos de casos de una enfermedad que no se contagia por el aire y cuyos brotes se pueden controlar.

La histeria atizada por medios de comunicación irresponsables, verdades a medias y comparaciones estúpidas ha hecho presa fácil en una población inclinada a la exageración por el enfrentamiento político, los impopulares recortes y la ausencia de tratamientos y vacunas eficaces, pero también en unas autoridades siempre dispuestas a escurrir el bulto y acusar a las víctimas, con lo que podríamos llamar pésima psicología social.

¿Se debió repatriar a los dos misioneros enfermos? Hay tantas razones a favor como en contra, pero de eso a decir que "el gobierno ha traído intencionadamente el Ébola" hay un abismo de mala fe. Si se hubiera decidido no repatriarlos las críticas hubieran sido igual de malas.

¿Son los recortes culpables del contagio de la auxiliar? Toda la lógica dice que no. Los casos en los Estados Unidos han sido similares y utilizar este argumento quita credibilidad a las legítimas protestas por la reducción de medios de la sanidad pública. No se puede utilizar cualquier argumento contra el adversario.

¿Se han comportado bien los responsables? Sólo a medias y muy mal al apresurarse a culpar a la víctima. Casos similares pueden reproducirse en el futuro y el consejero que la acusó de tonta es simplemente un estúpido arrogante.

En cuanto al resto de la estupidez histérica fomentada por curanderos y monjas catalanistas mejor no hablar: plantas mágicas, ozono por vía anal y otras ignorancias se propalan estos días por los cauces habituales para consumo de crédulos yorigen de más histeria.

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