miércoles, 18 de septiembre de 2013

OBJETAR Y FASTIDIAR

El alcalde de Orange, la antigua Arausio romana, en el departamento francés de Vaucluse, ha decidido reconocer la "objeción de conciencia" para sí mismo y para los ediles que se consideren tan cristianos que no son capaces de celebrar matrimonios del mismo sexo. "Que las parejas que no puedan casarse aquí vayan a Aviñón, la capital del departamento, a que los case el prefecto".

¿Adivinan ustedes a qué partido pertenece el caballero?... ¡Pues sí! A la "Ligue du Sud", es decir un grupo ultraderechista en todo similar al FN, que no casualmente tiene las mismas siglas que la antigua Fuerza Nueva española de infeliz recuerdo. Todos son frentes y fuerzas, todos son nacionales, apropiándose de la patria de todos como si fueran los únicos que tienen derecho a interpretarla y a vivir en ella.

Ya se han celebrado matrimonios del mismo sexo en Orange, pero la rápida normalización del procedimiento en Francia ha dado que pensar al alcalde y a los que son como él: si esto sigue así, dentro de meses o años nadie verá esto como algo extraordinario, la gente se acostumbra, se duerme y la "manif pour tous" se desinfla como el globo artificial que era.... ¡Molestemos! Hagamos hablar de nosotros y mantengamos la pugna contra el gobierno actual. Las municipales francesas están a la vuelta de la esquina, el voto de protesta en ellas va a ser fuerte, el FN y similares tienen muchas posibilidades y nosotros con ellos, luchemos contra la inmigración, contra el Islam, contra los gays y sumemos a todos los descontentos de derechas, muy abundantes en la bella Provenza, para obtener un resultado magnífico.

La ideología es clara, la maniobra también, pero muchos aún no se enteran de que no se puede contemporizar con fascistas semejantes. François Fillon, aspirante a dirigir la dividida UMP el primero. Mientras que en Alemania una nueva coalición entre Democristianos y Socialdemócratas vuelve a ser probable, el Sr. Fillon, ante el peligroso crecimiento del Frente Nacional, afirma que el Partido Socialista del Presidente Hollande y el FN "son dos extremismos de distinto signo", con lo que lo único que conseguirá es alimentar aún más el ultraderechismo xenófobo y homófobo. Nada que indique que la derecha francesa está dispuesta a reconocer los verdaderos problemas a los que se enfrenta el país y menos aún a solucionarlos.

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