domingo, 10 de mayo de 2015

VERDUGOS CON RESPETO

P. Y sobre aquella frase de “quién soy yo para juzgar a los gais” ¿Está de acuerdo el Opus con este tipo de mensajes de comprensión hacia, por ejemplo, los homosexuales?
R. Está en plena coherencia con lo que dice San Pablo: sólo Dios juzga. Esa frase no implica relativismo, sino respeto total y absoluto por cada persona; que el Opus Dei comparte porque forma parte de la doctrina cristiana. Lo que el Papa completa diciendo que está en contra de los Lobbys. Cuando el tema de la orientación sexual se convierte en ideología y en presión social, ahí si hay elementos criticables.
Así dice Mariano Fazio, Vicario General del Opus Dei en la entrevista que le hacen en El País del domingo 10 de Mayo. Parece que “La Obra” quiere presentar una cara más amable y menos siniestra de la que ha presentado hasta ahora, especialmente por el cambio de estilo del Papa Bergoglio, pero, aparte de otras afirmaciones increíbles que aparecen en esta entrevista, no hacen falta alforjas para tan breve viaje, porque la respuesta es una pura trampa semántica.
“Respetamos a los homosexuales” es una frase vieja, mil veces repetida por nuestros peores enemigos, pero es evidente que el respeto se termina y la persecución empieza en el momento en que los homosexuales se unen, luchan por sus derechos o pretenden disolver los prejuicios mantenidos por las iglesias y las sociedades patriarcales por ellas apoyadas durante milenios.
Estamos ante la conocida táctica de aparecer como víctima cuando se es perseguidor, parte de la cual es definir como “ideología” lo que contradice los principios dogmáticos propios. Es decir, que los homosexuales son respetables (no hostigados oficialmente) cuando permanecen bien invisibles en el armario, resignados a su ciudadanía de segunda y con la clara conciencia de que sus inclinaciones son desviadas, perversas o, para los muy magnánimos, “inferiores”.
“Ideología” es en cambio:
Enseñar que existe la diversidad sexual. Terrible herejía de la “Ideología de Género”. A los niños hay que enseñarles que todo lo que no se ajuste a la más rancia heteronormatividad patriarcal es pecado, enfermedad y defecto.
Pedir igualdad de derechos como poder firmar contratos matrimoniales, adoptar niños y trabajar en cualquier clase de empleo sin miedo a la expulsión. Estos son ataques directos a la familia según la entiende la ortodoxia.
Criticar las creencias en las que se han basado y se basan las discriminaciones y condenas a todos los diversos. Se parte del principio de que hay fes buenas, verdaderas y dictadas por la divinidad, mientras que las opiniones contrarias son “ideologías”, aunque estén fundadas en la ciencia y no en la creencia.
Creo que con esto basta… por si alguien se creía la inmensa humanidad y la caridad de “La Obra”.

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