sábado, 23 de mayo de 2015

CONGRATULATIONS!

Hay que felicitar a Irlanda en el día de hoy por la masiva aprobación del matrimonio igualitario. El pequeño país ha hecho historia al ser el primero que aprueba la medida mediante referéndum popular, método que quita cualquier posibilidad de protesta o manipulación por parte de los contrarios. Sin embargo, el hecho da lugar a varias reflexiones en nuestro día de reflexión.
Someter derechos humanos y civiles a referéndum es peligroso. En Irlanda ha habido que hacerlo porque para implantar el matrimonio igualitario era necesaria una reforma (mínima, pero reforma) de la constitución, pero los derechos humanos no deben o deberían depender de la opinión cambiante del electorado porque no son opinables. La igualdad ante la ley no puede abrogarse por referéndum más que para implantar una tiranía.
En los estados en los que el matrimonio igualitario ha sido implantado por mayoría parlamentaria la legitimidad es la misma: no hay superioridad de una ley aprobada por referéndum a una aprobada en un parlamento democráticamente elegido. En el caso de España la aprobación fue doble, puesto que el parlamento decidió y el Tribunal Constitucional sentenció que no se oponía a ningún principio constitucional. El método de aprobación no altera la legitimidad, siempre que se haya hecho de acuerdo a las reglas democráticas y constitucionales.
Los españoles debemos estar legítimamente orgullosos de que España fuera uno de los primeros estados (¡hace ya 10 años!)  en los que se implantó esta medida que, junto a algunas otras, pone al país entre los más progresivos del mundo en derechos civiles, desmiente una supuesta intolerancia esencial y demuestra, como en Irlanda, que la decadencia de la influencia de una iglesia retrógrada es evidente.
Estas reflexiones no quitan ni un ápice de valor a la decisión de los irlandeses, a los que felicito de todo corazón.

No hay comentarios: