martes, 25 de septiembre de 2012

INCOMPRENSIÓN

Creo que fue el Marqués de Sade el que dijo algo como: "los hombres desaprueban los vicios que no comparten" y, si de algo se puede acusar al famoso marqués no es de ser poco inteligente y hasta clarividente, por mucho que sus gustos nos parezcan poco recomendables a los que no unimos placer con dolor.

Me viene esto a la memoria al leer las tonterías que dicen o repiten tiranos siniestros, como el Presidente de Irán Ahmadinejad, figuras insustanciales del famoseo como Paris Hilton, actores otrora famosos como Rupert Everett, o escritores de best sellers como Brett Easton Ellis, autor de "American Psycho", novela que me resultó profundamente desagradable, pero que algunos adoran justamente por ser sádica. En nuestro folletinesco mundo se citan hasta en titulares frases que estos personajes y personajillos pronuncian a veces con ganas de que se los oiga, otras veces cuando creen que no los oye nadie y, lo que es peor, los profesionales del ruido que son muchos periodistas, se dedican a amplificar los exabruptos como si se tratara de algo trascendente.

¿Qué puede esperarse que diga el verdugo iraní de la homosexualidad?... que "es algo muy feo", que por supuesto no tiene lugar en la bendita tierra de los ayatolás. ¿A quien le importa que la insustancial srta. Hilton se largue con un amigo suyo a repetir una serie de lugares comunes sobre algunos gays?... que si son promiscuos, que si tienen el SIDA... ¿Es sorprendente que el resentido Sr. Everett diga que lo peor que puede pasar es criarse en una familia con dos padres gays?... Ya ha dicho antes otra serie de chorradas, como que él no cree pertenecer a ningún grupo especial, aunque sea gay. Por último, no es nada raro que el muy machista Sr. Easton Ellis esté de acuerdo con la muy superficial Srta. Hilton, porque para él, como para otros señores muy héterosexuales o que se las dan de tal, lo que no les gusta es incomprensible.

La madre de un amigo mío de la infancia era una mujer bastante simple que, desde luego, no se las daba de intelectual y que, cuando se hablaba de estos temas se quedaba muy perpleja y decía: "¿Cómo pueden algunos chicos ser homosexuales con la cantidad de chicas guapas que hay?"... Es decir, lo mismo que vienen a decir los antes citados, pero a ella nadie la tomaba en serio.

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