domingo, 24 de junio de 2012

EL MATRIMONIO NO ERA COMO DICEN

Una de las ideas más falsas que se repiten acerca del matrimonio "tradicional" es que era una unión entre hombre y mujer por amor, pero cualquiera que lo haya estudiado un poco sabe que solo en casos excepcionales era así. Se trataba de un importante negocio entre familias desde muy arriba hasta muy abajo en la escala social, una solución vital para hombres y mujeres que apenas hubieran podido sobrevivir solos, un deber que cumplir con los padres, una necesidad para la tribu, etc. El amor no entraba en todas estas consideraciones más que de forma muy secundaria o en absoluto, de aquí que la literatura amorosa tuviera más que ver con el adulterio, las cortesanas o ideales inalcanzables que con las parejas casadas.

Lo que no se dice tampoco es que al ser una obligación social y familiar, así como la única posibilidad de vida para todas las mujeres que no fueran ricas herederas, monjas o prostitutas, el matrimonio gozaba de total estabilidad, podía ser indisoluble y sin alternativa.

Las mujeres decentes estaban igualmente obligadas a ser monógamas, pero los hombres no, puesto que en muchas culturas, entre las que se cuenta la de los patriarcas bíblicos, la poligamia era frecuente y, donde no se contemplaba de derecho se practicaba de hecho: cortesanas, amantes y segundas familias eran lo normal para los varones cuyos medios se lo permitían.

El matrimonio por amor, por libre elección de los cónyuges con implicación de fidelidad mutua es algo muy moderno, apenas se remonta a poco más de un siglo en los países más adelantados y, para destruir más esquemas preconcebidos, al ser por amor se ha vuelto inestable: sin obligación no hay permanencia porque las relaciones, especialmente las que entablan jóvenes inmaduros, cambian, se acaban o se transforman. Además, tampoco es ya un requisito para vivir juntos, de aquí que la gente se case menos y se divorcie más.

El matrimonio no era como dicen, ni era ni es como las iglesias quieren y desde luego no puede volver a ser lo que fue.

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