sábado, 2 de marzo de 2013

DE NUEVO EL SILENCIO

"El País" es el mejor diario de España, pero eso no quiere decir que sea excelente, porque a veces informa mal... y no me refiero a su tendencia política, porque todo parecido con la prensa totalmente sectaria es pura coincidencia, me refiero a que no siempre los artículos de ciencia o de sociedad están bien escritos por las personas adecuadas y dan la impresión de descuido, a que a menudo se cuelan gazapos muy gordos, como en una entrevista reciente a una pintora que afirmaba gustarle una galería por su excelente "luz genital", y a que en ocasiones los redactores dan la impresión de casi no saber escribir en castellano correcto. 

Lo que más me molesta, sin embargo, es la profunda reticencia con la que trata la homosexualidad. Algo ha cambiado en los últimos años, pero no lo suficiente, y esto queda una vez más demostrado por la reseña biográfica sobre el pianista Van Cliburn, fallecido hace unos días. El New York Times publicó una muy parecida en la que se hablaba de su carrera musical, su éxito en la antigua URSS... y de que su compañero de larga duración le había puesto un pleito para indemnización cuando se rompió la relación. El excelente periódico americano, antiguamente muy homófobo, ha dado un giro de 180º y es uno de los que mejor informa sobre todas estas cuestiones, siempre de un modo correcto, equilibrado y con la terminología debida.

Nuestro mejor periódico, sin embargo, no indicaba en ningún momento que el famoso pianista tuviese vida privada alguna, de un modo muy español que consiste en no mencionar nada sobre la familia o la enfermedad de la persona y en callar lo que al redactor de turno le parece polémico, y sin duda la homosexualidad lo sigue siendo para "El País". Cuando el que hace la reseña es amigo del muerto suele ser una loa a todas las buenas cualidades que la muerte embellece, cuando no lo es tiende más bien a ser una seca relación de su trayectoria. Pero descubrir la orientación sexual de personas importantes en las artes, las ciencias y la cultura es algo que ayuda a normalizar, integrar y aceptar, callarlo demuestra nuevamente prejuicio.

¡Ah! y a estas alturas aún aparecen titulares sobre las "bodas gays", como si se tratara de un matrimonio diferente del de los demás, en titulares que podrían ser iguales en "La Razón" o el inefable y catolicón "Abc".

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