domingo, 16 de octubre de 2016

ACABAR BIEN

Se discute en Holanda en estos momentos un perfeccionamiento de la ley que permite acabar con la propia vida. Se reservaba esto para las personas afectadas por una enfermedad dolorosa y sin solución, como una forma de ahorrarse sufrimientos innecesarios, pero ahora se quiere extender también a los mayores que por una razón o por otra están cansados de vivir: soledad, achaques, limitaciones físicas, falta de interés … Hay un sinnúmero de causas por las que algunas personas de edad pueden desear poner fin a sus días de una manera indolora, profesional y a su elección.
Los que se rasguen las vestiduras por algo así serán los de siempre, es decir, los que no pueden entender la vida más que como pesada obligación dictada por una deidad vengativa que se complace en el sufrimiento de sus criaturas,  a las que ofrece un improbable paraíso tras la muerte, aunque amenace mucho más con tormentos infinitos para los desobedientes-
Para los que consideran la tal deidad como pura creación humana de mentes sádicas no creo que el proyecto levante demasiada oposición. Siempre puede surgir el temor de que alguien abuse de la ley para convencer a la tía rica de que está mejor muerta que viva, pero para eso están las mismas salvaguardias que ya existen para asegurarse de que efectivamente es la persona en cuestión la que desea acabar bien y que no se trata de la manipulación de sus herederos.
Las personas mayores se suicidan mucho, a veces sólo para adelantar una muerte inminente y ahorrarse días o meses de creciente dolor, pero otras porque simplemente no quieren vivir sin el compañero adorado o en un aislamiento creciente en medio de un mundo que entienden cada vez menos y disfrutan poco o nada. Pero decretar el propio fin sin los medios adecuados para ponerlo en práctica es difícil, accidentado y lleno de peligros, sin las ventajas que tiene que un profesional se haga cargo un día fijo, después de haber dejado todos los asuntos en orden.
El fin es inevitable para todos, pero poderlo elegir sabiendo cómo y cuando es un premio, una ventaja más de las sociedades avanzadas donde lo que más importa es la buena vida de sus componentes… de principio a fin.

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