lunes, 13 de junio de 2011

Algo evidente

No conozco ningún héterosexual verdadero que sienta excesiva curiosidad o gran odio por la homosexualidad. La mayor parte de ellos piensan en ella muy pocas veces y no pierden el tiempo en algo que no les afecta. Una vez que han oído a los investigadores serios afirmar que los homosexuales no son pedófilos, violadores o gentes peligrosas y, más aún, cuando han conocido a unos pocos de carne y hueso y visto que son como todo el mundo, pueden considerar que no es algo de su gusto, pero ni les quita el sueño ni afecta a sus sentimientos.

Siempre he considerado sospechosos, sin embargo a todos los personajes que condenan constantemente la homosexualidad y la tratan como un problema mayor de la sociedad a aún de la civilización. Aduzcan motivos religiosos (la mayoría) o de otra clase, nos encontramos ante personas cuya excesiva atracción al tema solo puede derivar de pulsiones reprimidas. Hay un corto camino del amor al odio y me parece que en muchos casos estamos ante individuos que se sienten atraídos a algo que creen que deberían rechazar.

Un estudio no muy reciente, cuyo resumen puede verse aqui, descubrió que muchos homófobos se sentían particularmente excitados por la pornografía gay, aunque normalmente negaban cualquier inclinación homosexual. Nada más lógico si bien se piensa porque ¿qué le puede importar a un hombre al que gustan mucho las mujeres que haya otros que no se interesen ni por ellas ni por él?

No es extraño que algunos de estos homófobos recalcitrantes hayan sido sorprendidos haciendo lo que quieren prohibir.

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