sábado, 3 de julio de 2010

La BMA (British Medical association) condena las terapias reparativas.


La reunión anual de la Asociación Británica de Médicos (BMA) que ha tenido lugar en Brighton, ha votado el 1 de julio por amplisima mayoría (más de dos tercios) una resolución que condena las llamadas "Terapias Reparativas de la homosexualidad". Los médicos británicos repiten más o menos lo mismo que sus colegas norteamericanos, es decir, que la homosexualidad no es una enfermedad y que por tanto no es susceptible de curación, en cuyo caso estas supuestas terapias o bien son claras estafas o bien técnicas de condicionamiento de la personalidad que puede causar graves problemas a los individuos que a ellas se someten.

Mal que les pese a los fanáticos religiosos la orientación sexual no es una elección y no es cambiable, forma parte de la personalidad individual y debe ser respetada. Todo lo que se diga en sentido contrario no es ni científico ni ético, puesto que va en contra del consenso médico profesional y de la dignidad de personas a las que se hace sentir inferiores, cuando no claramente malvadas.

La declaración corrobora la investigación de Patrick Strudwick, periodista de "The Independent", que se dejó tratar como paciente de una de estas terapias para descubrir sus métodos. Los resultados publicados son demoledores para estas terapias, orientadas a personas débiles, culpabilizadas u obligadas por familiares fanáticos y sin escrúpulos a sufrir auténticas amputaciones de su personalidad.

Recordemos que en España hay "profesionales" como Aquilino Polaino, presentado como "experto" por el PP en una comisión parlamentaria, que todavía hablan de enfermedad, curación, normalidad y... por supuesto de moral.

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