jueves, 6 de diciembre de 2012

CONTRARREFORMA

Por si alguno se ha olvidado, la Contrarreforma fue el movimiento que emprendió la Iglesia Católica contra las herejías de Lutero, Calvino y demás reformadores que habían acabado  con el monopolio religioso romano en occidente, puesto que en oriente el cristianismo ya tenía otra cara desde 1050. El protestantismo no fue para atrás, se mantuvo allí donde era fuerte, pero el catolicismo se enrocó en los territorios en los que así interesaba a las poderosas monarquías que lo defendían. Tal vez hubo alguna espiritualidad, pero la reacción contrarreformista fue un movimiento político y militar alentado por poderes terrenales, empezando por el del papa-rey de Roma.

Nuestro inefable ministro Wert parece empeñado en algo parecido al impregnar de ideología algo tan necesitado de reforma y mejora como la educación en España, a la que se recorta en lo esencial, se adorna en lo accesorio y se perfuma de incienso a la mayor gloria de la secta católica y de sus empecinados jerarcas.

Ningún problema real: temprano abandono escolar, enseñanza anticuada, programas irreales y obsoletos, universidad de baja calidad,, divorcio entre estudio y sociedad, etc., etc., se resuelve con menos dinero y mayores dosis de religión, pero esto es lo que parece, solo parece, creer el ministro Wert y el gobierno que lo apoya y se vale de la mayoría absoluta que tan tontamente se le ha concedido.

Digo que parece, porque en realidad no se lo creen, lo que se transparenta de verdad es que la educación de la mayoría les importa realmente un bledo, porque en la única que creen es en la suya: sus retoños irán a caros colegios privados y pueden aspirar a estudiar en alguna buena universidad  anglosajona. Tienen dinero y mandan, los que deben obedecer cuanto más tontos mejor. Así a lo mejor hasta se vuelven cristianos otra vez, aunque esto es más dudoso.

¡Qué gran victoria! parecen también creer los obispos, que restauran así las verdaderas creencias en contra de los impíos incrédulos que hasta hace poco gobernaban; nuestro partido nos ha obedecido en esto a la espera de que el ambiente esté dispuesto para más obediencias... ¡pronto habrá que entendérselas con esos maricones!... ¿Servirán las nuevas normas para que la gente vuelva a llenar las iglesias?... En realidad no y los señores de morado también lo saben, pero eso no les importa demasiado porque de momento tienen la influencia, el dinero y el poder que necesitan, bien servidos por sus lacayos laicos infiltrados. Cuando todo vuelva a cambiar y alguien quiera mejorar de verdad el sistema, educar a más gente, difundir la ciencia y atacar prejuicios y supersticiones ya se ocuparán ellos de dar muchas voces, convocar muchas manifestaciones y pretextar que defienden la libertad para seguir imponiendo su oscurantismo

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