lunes, 23 de julio de 2012

MUTILACIONES

Hay quien se tatúa, se atraviesa y se deforma el cuerpo pensando que esto es bello o buscando la pertenencia a algún grupo, banda, mara o similar, yo lo encuentro horrible, pero no es criticable si le gusta al sujeto. Muy diferente es el caso de las pobres mujeres subsaharianas a las que se mutila genitalmente para convertirlas en eunucos sometidas a machos llenos de prejuicios; las leyes de todos los países europeos prohiben y penalizan semejantes prácticas por atentatorias contra la integridad física de personas que no pueden asentir ni defenderse a la edad en que se les hace.

Es curioso, sin embargo, que se vea con toda naturalidad la circuncisión masculina como algo que puede hacerse sin discusión por razones religiosas o por supuestas razones médicas bastante poco convincentes. Judíos y musulmanes obligan tradicionalmente a los varones a circuncidarse a los ocho días o a los ocho años del nacimiento, edades a las que el chico no puede aún saber si quiere o no quiere que le operen en parte tan sensible. En los países anglosajones se puso de moda a fines del XIX circuncidar a todos los muchachos en cuanto nacían sin pedir opinión, supuestamente por "higiene", aunque en realidad era también por razones religiosas, puesto que varios fanáticos, entre los que se contaba el famoso Dr. Kelloggs, inventor de los copos para el desayuno, estaban convencidos de que la masturbación era el peor de los males y la circuncisión la hacía más difícil o imposible, si se hubieran seguido los consejos del orate de los copos, que aconsejaba poner una grapa metálica entre glande y resto del prepucio para que produjera dolor al mínimo intento.

Un tribunal de la ciudad Alemana de Colonia sentenció hace poco que la circuncisión era una mutilación y que como tal no debía practicarse a menores incapaces de consentir. No hay ni que decir que se ha levantado tal polvareda entre judíos y musulmanes que el Bundestag está contemplando la posibilidad de hacer una ley que permita expresamente la operación a menores por razones religiosas, pero ¿qué es primero, la libertad religiosa general o los derechos individuales de menores que no pueden decidir? Volvemos aquí a esa peculiar aberración que consiste en pensar que los padres tienen todos los derechos sobre los hijos, incluyendo el de mutilarlos.

Para mí no hay duda de que si no existen razones médicas de peso, es decir, malformaciones graves que impiden cualquier clase de funcionalidad normal, la circuncisión no se debe practicar, puesto que los supuestos beneficios que se predican de ella o son falsos o son muy marginales, mientras que está claramente demostrado que disminuye considerablemente la sensibilidad.


Es de esperar que en el futuro haya más personas y sociedades conscientes de que no es algo que se deba infligir a menores por razón alguna, puesto que no es algo ni querido ni reversible. Tal vez también se den cuenta entonces de que maltratar niños con educaciones dogmáticas puede ser incluso más deformante que cortarles un trozo... pero para esto tendrá que correr mucha agua.

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