sábado, 7 de mayo de 2011

Edad, sexo y afecto

La edad ha sido siempre considerada un obstáculo mayor para las relaciones amorosas y aún lo es en este tiempo nuestro tan obsesionado con la juventud. Es como si a partir de un límite bastante moderado, los cuarenta, por ejemplo, se perdieran los derechos a amar y ser amado y solo fuera posible el arreglo de conveniencia o el sexo mercenario, entre otras cosas porque se sigue confundiendo amor con sexo, ambos con matrimonio o relaciones similares y se sigue insistiendo en un modelo estético único que hace "deseables" exclusivamente a jóvenes modelos de tipos determinados.

La edad, sin embargo, no es obstáculo más que en la cabeza de los que lo interiorizan como tal. La mala salud, la falta grave de medios, la opresión familiar o el fanatismo ideológico son obstáculos mucho más reales y determinantes para no poder amar cómo y a quién uno desee.

Tampoco hay tanta diferencia real entre personas de diversa orientación sexual, pero tradicionalmente se ha tendido a imaginar a los héterosexuales cumpliendo roles precisos en cada edad y a los homosexuales como jóvenes alocados o viejos frustrados y solitarios, carentes de rol y de familia.

La realidad es por supuesto mucho más rica, pero las ideas falsas hacen daño a todos los que se las creen y las hacen propias, aunque a veces ni se dan cuenta de ello. Amar es posible a cualquier edad, siempre que se acepte que también requiere poner bastante de parte del que ama, salir de uno mismo y renunciar a cierta independencia. Hay gente que desea y es deseable también a cualquier edad, pero esto supone abandonar ideas preconcebidas, relajarse y aprender a ver la belleza propia y la ajena fuera de modelos prestados.

Hay muchos que se consideran infelices sin amor, pero no sabrían ser felices con él.

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