miércoles, 2 de noviembre de 2011

¿Ley natural?... ¡El demonio la cambia!

En un artículo publicado el 28 de octubre en la edición electrónica de "The Pilot", órgano oficial de la diócesis de Boston, Daniel Ávila, consejero de asuntos matrimoniales del subcomité para la protección del matrimonio y la familia de la Conferencia episcopal de los Estados Unidos, lanza la siguiente teoría "científico-teológica":

"Más de una vez se me ha hablado de católicos molestos con la Iglesia por la insistencia de esta en que las relaciones sexuales deben limitarse al matrimonio entre hombre y mujer. ¿No fuerza esta norma moral a vidas de soledad a las personas con atracción por el mismo sexo? ¿Si han nacido así, por qué deberían ser castigados con una restricción que no toma en consideración su condición innata?"

"Dios no es la causa de la atracción hacia el mismo sexo.... de modo que ¿qué es lo que produce esta inclinación, si aparece temprana e involuntariamente y, de haber alguno, quién es el responsable? En cuanto al "qué", la hipótesis científica más ampliamente aceptada apunta a desequilibrios aleatorios en los niveles hormonales maternos e identifica como la causa principal y más probable sus efectos disruptivos prenatales."

"En otros términos, la evidencia científica de como aparece la atracción por personas del mismo sexo proporciona una base creíble para una explicación espiritual que acusa al demonio.... En consecuencia, cuando causas naturales obstaculizan un desarrollo biológico típico en todo lo demás y conducen a los principios de una atracción hacia el mismo sexo que no ha sido elegida individualmente, la responsabilidad a nivel teológico es y debe ser imputada al maligno no a Dios. Aplicar este aspecto de la fe católica a la interpretación de los datos científicos es más lógico porque no coloca a Dios en la incongruente posición de bendecir dos realidades mutuamente incompatibles: la diferenciación sexual y la atracción por el mismo sexo."

"Nacer con una inclinación causada de modo no controlable no es suficiente prueba de que la condición haya sido causada por Dios o de que satisfacerla se ajuste a los objetivos divinos."

Todo este "razonamiento" va directamente en contra de la ciencia pretendiendo aceptarla pero, más aún, destruye los mismos manidos argumentos de la Iglesia sobre la "Ley Natural", puesto que esta se respeta cuando interesa y no en todos los casos. ¿Por qué hay una contradicción entre la existencia de dos sexos biológicos y la atracción por el mismo sexo?... Estos señores están tan obsesionados con el sexo exclusivamente como medio reproductor que no se paran a pensar en sus otras funciones, empezando por la placentera, pero despreciando el afecto o las otras funciones sociales que puede cumplir. Por otra parte ¿si Dios permite todo esto quién es el causante él o el demonio? 

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