sábado, 16 de julio de 2011

Religión contra investigación


Según una noticia de Associated Press, el obispo católico de la diócesis de Toledo de Ohio, Leonard Blair, ha seguido el ejemplo de su homólogo de Cincinnati y ha prohibido que se recaude dinero en centros católicos para una asociación de lucha contra el cáncer de mama. La razón es que “quizás” se emplee ese dinero para investigación con células madre y eso es tabú porque la mayor parte de esas células se obtienen de embriones desechados. La asociación en cuestión ha negado que se haya utilizado hasta ahora de ese modo, pero tampoco descarta que así sea en el futuro.


No es nada extraño que religión y ciencia entren en colisión, ni será la última vez, más bien más y más frecuente en el futuro, según creencias arcaicas, más basadas en magia que en razón, prefieren mantener principios abstractos contra viento y marea, sin importarles demasiado las consecuencias. Recordemos que estuvo prohibido diseccionar cadáveres, que se vio con disgusto que las mujeres parieran sin dolor, que se siguen negando los anticonceptivos y otras muchas cosas sin las que nuestro mundo seguiría en algo parecido a la Edad Media.

El derecho absoluto a la vida que se dice defender no es tal, puesto que de lo que se trata es de la supuesta existencia de un alma en el embrión desde el momento de la concepción, razón por la que se condena el aborto, la selección terapéutica de embriones, la fecundación in vitro y demás ideas del demonio. La iglesia fue mucho más lenta en condenar la pena de muerte, por ejemplo, y su moral es más bien laxa a la hora de salvar madres en peligro de morir en un alumbramiento difícil. Después de todo el cáncer de mama es algo de mujeres y ya se sabe que Eva fue la que dio la manzana a Adán.

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