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viernes, 21 de marzo de 2014

VADIM KOZIN, GRAN CANTANTE RUSO Y... GAY





En la época de la Unión Soviética la homosexualidad era un delito que se achacaba a la "decadencia burguesa", porque el "nuevo hombre" soviético tenía que ajustarse a los perfectos parámetros de la "moral proletaria" y otras tonterías semejantes, que hoy día nos parecen ridículas, pero que muchos se tomaban tan en serio entonces, incluidos no pocos occidentales cegados por el fanatismo.

Vadim Kozin, nacido en 1903 en San Petersburgo, fue un popular tenor durante los años 20 y 30 que actuó en teatros, grabó discos y apareció en películas, pero acabó víctima, como tantos inocentes, de la crueldad paranoica y atrabiliaria de Stalin, que lo envió al Gulag en 1944 por homosexualidad, entre otras cosas. Liberado en 1951 volvió a la cárcel en 1959 nuevamente por homosexualidad y, aunque pudo salir de allí, nunca se le permitió volver a trabajar en la Rusia europea; debió permanecer en Siberia (Magadán) donde murió en 1994.

Vadim Kozin escribió un interesante diario en el que se desahoga sobre su situación y explica las arbitrariedades e injusticias del sistema. Esta bella canción "Druzhba", que significa "Amistad", está dedicada a un hombre y es una profunda declaración de amor.

Rusia desanda el camino mal andado desde 1991 como demuestran las "Leyes Putin" contra la homosexualidad y las "Anexiones Putin" en Crimea. Los atisbos de libertad desde la "Perestroika" de Gorbachov se han quedado solo en eso. Los europeos, cegados por sus propios problemas, insensibilizados por el egoísmo y un poco entontecidos por muchos años de paz y prosperidad apenas se dan cuenta de que vuelve a crecer un monstruo impredecible y de que Ucrania en 2014 no es muy diferente de Renania en 1935. Quién no sepa de qué hablo debe mirar algún libro de historia.

sábado, 13 de abril de 2013

ADIÓS A UN HOMBRE IMPORTANTE


He esperado un par de días tras el fallecimiento de Antonio Moraleda para escribir estas palabras porque no quería insistir en unos cuantos puntos tan comunes que se vuelven vulgares con la mejor intención del mundo, y Antonio se merecía algo más, mucho más. ¿Quién reconstruye su vida con más de 60 años y el VIH? ¿Quién se empeña en un activismo constante para beneficiar a los seropositivos, impedir la transmisión de la enfermedad, erradicar la homofobia de los adolescentes y mantener un lugar de reunión y relación para los mayores LGTB? Ciertamente no muchas personas de su edad y condición.


Antonio no paraba, siempre estaba en movimiento, a pesar de su real fragilidad, y siempre con paciencia, buenas palabras e intentos de comprender al contrario, incluso cuando se tropezaba con individuos antipáticos u hostiles. Que fuera querido por su familia y todos los que lo conocíamos no sorprende, pero su real bondad tocó a muchas más personas, algunas de las cuales ni siquiera llegaron a saber su nombre, pero tienen que agradecerle el tiempo que les dedicó y los buenos efectos de su dedicación.

El tiempo de todos es limitado y una vida individual parece a veces no tener importancia en la infinitud, pero el tiempo de cada cual es importante, no puede ser borrado de la secuencia aunque tenga un fin, y la importancia de cada cual se mide por las personas a las que toca para bien. Antonio fue, es importante para muchos, aunque no fuera tan conocido como algunos famosos sin méritos, y vivirá en todos nosotros mientras sigamos respirando.