jueves, 6 de agosto de 2009

La APA condena las "terapias reparativas"


Por si no lloviera bastante sobre mojado, la Asociación Americana de Psicología (APA en siglas en inglés) ha adoptado una nueva resolución el pasado miércoles que confirma que los profesionales de la salud mental no deben decir a sus clientes que pueden cambiar su orientación sexual mediante terapias u otros tratamientos.

Esta resolución aconseja también a los padres, tutores y jóvenes que huyan de los tratamientos que presentan la homosexualidad como una enfermedad mental o como un desorden del desarrollo y que busquen en cambio apoyos “que proporcionen información adecuada acerca de la orientación sexual y la sexualidad, que aumenten el apoyo de la escuela y la familia y que reduzcan el rechazo de los jóvenes pertenecientes a la minoría sexual.”

Contra las afirmaciones de los defensores y practicantes del cambio de orientación sexual, falta evidencia suficiente para apoyar el uso de medios psicológicos para este cambio”, afirmó Judith D. Glassgold, doctora en psicología y presidenta del grupo de trabajo. “Los estudios científicos rigurosos más antiguos sobre este tema ya hallaron que la orientación sexual no cambiaba mediante los métodos propuestos para este fin y los estudios más recientes no proporcionan evidencia alguna de que se hayan producido cambios en la orientación, puesto que los métodos de investigación aducidos no son adecuados para determinar la efectividad de estas intervenciones.”

Glassgold añadió: “Como máximo, algunos estudios sugieren que ciertos individuos aprenden a ignorar o a no actuar de acuerdo a su atracción homosexual. Pero no indican para quién es esto posible, cuanto tiempo dura o sus efectos a largo plazo para la salud mental. El resultado es nulo en individuos atraídos en exclusiva por su propio sexo.”

El grupo de trabajó examinó un total de 83 artículos científicos contrastados sobre este tema en inglés desde 1960 hasta 2007. La mayor parte anteriores a 1978, puesto que sólo unos pocos se han realizado durante los últimos diez años. El grupo también revisó la literatura científica más reciente acerca de la psicología de la orientación sexual.

Desgraciadamente una gran parte de la investigación en el área del cambio de la orientación sexual tiene graves errores de planteamiento”, dijo Glassgold. “Pocos estudios pueden ser considerados metodológicamente sólidos y ninguno evalúa los daños potenciales.”

Glassgold dijo que: “sin esta información los psicólogos no pueden pronosticar el impacto de estos tratamientos y deben ser muy cautos, puesto que hay estudios específicos que sugieren sus daños potenciales. Los profesionales pueden ayudar a los clientes con terapias que no pretendan cambiar su orientación, sino que más bien supongan aceptación, apoyo y exploración y desarrollo de la propia identidad, sin imponer como resultado una identidad concreta.”


Glassgold concluyo: “en otras palabras, recomendamos que los psicólogos sean completamente honrados al describir las probabilidades de cambio de orientación sexual y que ayuden a sus clientes a explorar sus convicciones, objetivos y conflictos respecto a religión y sexualidad
.”

La reseña íntegra en inglés puede verse aquí

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