
No es, pues, nada extraño que el presidente del Congreso, del inefable PP, esclavo de la jerarquía episcopal, haya enviado una felicitación institucional con virgen incluida... ¿no estamos en Navidad? ¿Qué cosa más natural?... ¡Pero no! Hay que rebelarse siempre contra estos detalles que siguen demostrando la vergonzante confesionalidad del estado. En España hay muchos cristianos que no son católicos ni adoran imágenes, muchos musulmanes, muchos budistas y muchos ateos, y todos son españoles también, aunque no participen de los dogmas vaticanos. Las fiestas de Navidad pueden ser tradicionales, pero ni son exclusivamente católicas, ni siquiera cristianas. El presidente de la cámara que esto hace demuestra ignorancia, pero también falta de respeto a los que no creen en su religión, el mismo respeto que constantemente se pide a los otros en toda ocasión.
¿Falta de sensibilidad? ¿inadvertencia? NO; confesionalismo, nacional-catolicismo e imposición de un dogma a los otros. Solo eso.
1 comentario:
Muy bueno tu artículo, mejor no hubiera felicitado el pepero, con un caganer y representaría mejor a lo que nos están haciendo al Pueblo.
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