
La edad, sin embargo, no es obstáculo más que en la cabeza de los que lo interiorizan como tal. La mala salud, la falta grave de medios, la opresión familiar o el fanatismo ideológico son obstáculos mucho más reales y determinantes para no poder amar cómo y a quién uno desee.
Tampoco hay tanta diferencia real entre personas de diversa orientación sexual, pero tradicionalmente se ha tendido a imaginar a los héterosexuales cumpliendo roles precisos en cada edad y a los homosexuales como jóvenes alocados o viejos frustrados y solitarios, carentes de rol y de familia.
La realidad es por supuesto mucho más rica, pero las ideas falsas hacen daño a todos los que se las creen y las hacen propias, aunque a veces ni se dan cuenta de ello. Amar es posible a cualquier edad, siempre que se acepte que también requiere poner bastante de parte del que ama, salir de uno mismo y renunciar a cierta independencia. Hay gente que desea y es deseable también a cualquier edad, pero esto supone abandonar ideas preconcebidas, relajarse y aprender a ver la belleza propia y la ajena fuera de modelos prestados.
Hay muchos que se consideran infelices sin amor, pero no sabrían ser felices con él.
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